miércoles, 16 de mayo de 2012

CRÍTICA ONCE UPON A TIME, PRIMERA TEMPORADA SIN SPOILERS

Tras Lost, nos sentimos tan estafados por la serie de J.J. Abrams que no estábamos dispuestos a darle la oportunidad a nada surgido del mismo equipo. Pero Once Upon a Time se presentaba interesante, y olvidamos la gran decepción para ver el piloto.

En un año en el que los cines van a ver dos versiones de Blancanieves, en la serie se adelantaron poniendo en la palestra a una nueva versión de la famosa protagonista del cuento de los hermanos Grimm. Era complicado entrar en el mundo que presenta Once Upon a Time por algunas limitaciones que tenían en lo que a presupuesto se refiere, siendo algunos chromas algo decepcionantes (algo en lo que han ido mejorando), y porque el tono familiar por el que optaron, perjudicaba en algunas ocasiones, cuando mejor estaba el asunto.


La historia trata sobre una maldición a manos de la malvada madrastra (Regina), que provoca que todos los famosos personajes de cuentos se vean maldecidos viviendo en nuestro mundo, sin recordar su pasado, y sin oportunidad de escapar. Pero toda maldición tiene su punto débil, y en este caso es la hija de Snow y Charming (Blancanieves y el príncipe), Emma, a la que salvan en el último momento siendo un bebé, para que en el futuro, vaya a Storybroke (pueblo ficticio donde conviven los personajes), y romper la maldición, haciendo que todos puedan volver a recordar.

Para conseguir tal propósito, Emma se ve arrastrada por un niño, Henry, que intentará por todos los medios hacerla creer, para así poder romper la maldición, y acabar con Regina, reina malvada en los cuentos, y alcaldesa en la vida real.

Los guionistas utilizaron una fórmula que les dio muy buenos resultados en Lost, incluir en cada episodio a modo de flashbacks, la vida en el mundo de los cuentos, para ver así la dualidad de cada habitante de Storybroke, sus diferentes vidas, y el paralelismo de ambas. Esto funciona perfectamente cuando el personaje central en ese momento tiene algo que contar, pero en aquellos en que simplemente se dedicaban a dar vueltas sobre el romance de Snow y Charming, llegaba a ser una losa que ralentizaba la serie. Y es que hay un problema en Once Upon a Time, los secundarios se comen a los protagonistas.

Lana Parrilla (Regina) comienza siendo una grandísima malvada, y como personaje en el mundo real, sus artimañas para controlar a todo habitante de Storybroke, y para alejar a Henry de Emma, hacían que tuviera todo lo que una mala de cuento y de serie ha de tener. Pero a medida que avanza la temporada, toda la personalidad y carisma que desprendía, se desvanece por completo, quedando relegada a un segundo plano, y resultando en ocasiones ridícula y cansina.

No es así el caso de Mr Gold/Rumpelstinski, el poderoso hechicero que resulta ser el más importante de todos, aunque a priori parezca un bufón con poderes, es el mejor personaje de la serie, uno de los mejores del año televisivo, y sin duda, con mucho más que contar que todos los demás, siendo sus episodios los mejores de la temporada.

Jennifer Morrison (Emma) desempeña bien su rol de protagonista, que aunque no sea una gran actriz, si que resulta creíble ante tanta trama inverosímil, pero nunca llega a tener ese carisma que necesita Emma, llegando muchas veces a quedarse corta cuando le regalan escenas donde lucirse (raro sería que la nominaran a premios importantes). Sobre los demás actores, Lana Parrilla y Robert Carlyle (protagonista de Full Monty y que interpreta a Rumpelstinski), son los que mejor se desenvuelven, siendo él merecedor de reconocimientos por parte de los críticos.

A la que habría que poner a parte es a Ginnifer Goodmin (Snow/Mary Margaret), que cuando hace de Snow no desentona ni molesta, pero que cuando hace de Mary Margaret, llega a cansar por excesiva inocencia y bondad. Para colmo, la han hecho protagonizar una trama que abarca bastante tramo a mitad de temporada, siendo el gran bajón después de un inicio prometedor, y que perjudica la calidad de la serie, que aunque por suerte remonta muy bien después, termina perjudicada.

Comenzaron veloces, descubriéndonos cuentos y personajes en cada episodio, en la midseason, echaron el freno porque cogieron demasiada velocidad, y dan mil y una vueltas alrededor de Charming, Snow y los enanos (que aunque comenzaba teniendo su gracia, terminaban por resultar demasiado edulcorados.

Pero el tramo final es para aplaudirlo, por la incursión del personaje de August W. Booth, del sombrerero Loco (el episodio en Wonderland tiene la mejor producción de la temporada y una gran historia), la renovada Red Riding Hood (Caperucita), y más información de Rumpelstinski.  Todos ellos crean una serie completamente distinta a la que hacen cuando Snow protagoniza el episodio, y es cuando realmente merece la pena ver Once Upon a Time.

Sobre el final de temporada, es demasiado rápido, pero entretenido y muy prometedor, han optado por no ir a lo fácil y estirar el chicle hasta que se rompa, sino que han dado lo que los espectadores pedíamos a gritos, y la promesa de una innovadora y muy diferente segunda temporada, donde nada será igual.



NOTA:7'5/10

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