lunes, 2 de marzo de 2015

CRÍTICA HOW TO GET AWAY WITH MURDER (SIN SPOILERS)

Shonda Rhimes descubrió la formula del éxito televisivo a partir de la 2ª temporada de Scandal, no dejar que el espectador pestañee ofreciendo giros constantes y un ritmo vertiginoso capítulo tras capítulo, sin importar que la lógica haga acto de presencia.

How to Get Away With Murder (traducida en España como Como defender a un Asesino ) llegó en septiembre en la noche de los jueves, acompañada por Scandal y Grey's Anatomy, las tres obra de Shonda, con éxito de audiencia asegurado por emitirse tras Scandal, y con la oscarizada Viola Davis como cabeza de cartel, ofreciendo algo de prestigio antes de comenzar.

El piloto supuso un gran revuelo, estaba milimetricamente calculado para quemar cartuchos a gran velocidad para que no permitieran desengancharse a todo el que lo veía, y con el enésimo asesinato para resolver en la tanda de quince episodios (que habrían sido 22 si Viola no se negara por contrato a realizar más de quince).  Además, la serie introducía todas las tramas y personajes posibles para llegar a diferentes targets, contando con tramas de homosexuales, sexo, infidelidades, romances, asesinatos, conspiraciones etc... 


Viola interpreta a Annalise Keating, una prestigiosa abogada que selecciona a sus mejores alumnos para  trabajar junto a su equipo en sus casos.  Todo normal hasta que el asesinato de Lila Stangard, una universitaria del campus de la zona, salpica a todos los personajes principales, dando constantes descubrimientos y giros en el argumento principal.

El principal acierto de la serie fue combinar los flashforwards (futuro) de la noche del asesinato que involucra a los protagonistas, con la actualidad y las resoluciones de los casos, dando pistas al espectador hasta atar cabos para descubrir que pasó realmente al llegar al fatídico momento. Los 10 primeros episodios pasan en un suspiro gracias al impresionante ritmo que consiguen los guionistas, y sobretodo a la tensión, haciendo dudar de la autoría del asesinato, y mareando hasta el descubrimiento de los hechos.

La fotografía es otro punto curioso de la producción, saturada y similar a thrillers cinematográficos, variando exageradamente en las diferentes tramas (el verde predominante en los momentos del asesinato, los flashbacks anaranjados). 

El problema de la serie es que tras estos grandiosos primeros 10 episodios se les ve la trampa. How to Get Away With Murder da vueltas sobre el mismo punto una y otra vez, ofreciendo las mismas escenas con pequeñas variantes (los flashforwards son muy similares, pero con pequeñas aportaciones, ocupando tiempo sin escenas nuevas), y son maestros a la hora de estirar tramas que se podrían resolver fácilmente. Tras la resolución, los cinco últimos episodios, con casi todo resuelto, y la imposibilidad de ofrecer el mismo ritmo, la serie se resiente y tira de artificios y giros argumentales que parecen improvisados para dar la sorpresa fácil que el espectador necesita hasta volver a engancharse en septiembre.

El hecho de no tener 22 episodios como el resto de producciones de cadenas públicas solo beneficia a una serie tramposa que de durar más aburriría, pero al no ser así, se disfruta y agradece que de vez en cuando, haya alguien que no se tome todo tan en serio, y solo pretenda ofrecer entretenimiento .

Del casting, Viola Davis es la reina absoluta, con escenas memorables como el momento peluca del cuarto episodio (que élla recalca siempre que fue idea suya). La actriz tiene una increíble facilidad para llorar, soltando lagrimones en un segundo, y tendiendo siempre a la sobreactuación. Pero es magnética, y eso hace que no le tengamos en cuenta ser algo bruta en ocasiones (esos andares...).

Los secundarios giran en torno a Davis, con personajes algo planos y típicos, de los que recalcaría a Jack Falahee (Connor) el personaje gay de la serie, que es el único con algo de interés en sus tramas personales, y Aja Naomi King (Michaela) la niña bien con su vida planeada que intenta por todos los medios que no se le desmorone por los recientes acontecimientos. 

Técnicamente no podemos decir que How To Get Away With Murder sea una gran serie porque se ven sus trucos y no son nada sutiles al buscar dar la sorpresa, pero como espectador, es una de las que más divertimento ofrece de esta temporada, por lo que es altamente recomendable.



NOTA:7/10



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