CRÍTICA 7ª TEMPORADA DESPERATE HOUSEWIVES (SPOILERS)

Con mayo llegan las finales seasons, momento que hemos estado esperando desde el pasado septiembre y del que dependen muchas series, ya que han de enganchar a su audiencia para que vuelvan a serles fieles en septiembre, después de un parón de meses.

Desperate Housewives se ha despedido a lo grande en calidad (después de algunos episodios de los peores de su historia), pero con bajón de audiencia, demostrando el desgaste de la creación de Marc Cherry.

La promo que nos presentaba este nuevo año en Wisteria Lane, nos introducía a Reneé (Vanessa Williams), que llegaba al vecindario para dar problemas a las protagonistas. Además, teníamos la vuelta de un grandísimo personaje de las primeras temporadas, y que esperábamos ansíosos.

Paul es parte del alma de la serie, y parece ser que Marc Cherri se dio cuenta de sus errores. La serie cogió la manía de hacer borrón y cuenta nueva en cada temporada, introduciendo nuevos misterios que se resolvían en un año, y que no siempre funcionaron, como en el caso de la quinta temporada, la peor de todas sin duda, donde se cometieron fallos muy grandes como llegar al final de temporada sin sorpresas para el espectador, y un cliffhanger típico y aburrido.

Pero la sexta en cambio, se despedía con la sonrisa malévola de Paul Young, que alquilaba el piso de Susan después de que esta tuviera problemas económicas, y no supiera que era su peor enemigo el que  entraba a vivir en su hogar.

La primera parte de la temporada fue magistral, nos introdujeron a Reneé que amenzaba la paz del matrimonio Scavo, estando enamorada de Tom con el que tuvo una corta relación. Reneé conectó con  el resto del equipo al momento, siendo una aportación necesaria y con gran carga de comedia. Pero que si nos basamos en las imágenes y video promocional, no se entendía la idea que se vendía de ella como malvada, ya que es un personaje muy solitario, siempre de fondo que no solía entrometerse en las vidas de los demás. 

Por otro lado, Paul tenía un plan que afectaba a todos los vecinos, queriendo tener todo el control sobre el vecindario, llegando a momentos de absoluta brillantez, como en el episodio que provoca la ola de violencia, enfrentándose cara a cara a Lynnete y las chicas.

Hasta ese episodio todo fue brillante, pero después comenzó a caer en picado.

Beth Young, su esposa e hija de su peor enemiga, era un personaje magnífico por lo que podía llegar a dar, pero cuando comenzaba a asentarse en la serie, de la manera más basta desapareció, sin dar todo lo que podía haber dado, y es una pena.

Felicia es la mala malísima, y aunque me ha encantado su actuación en este año, siempre se ha quedado a medias en todo, y para colmo nos dan a entender que muere en el último episodio, cosa que no entiendo porque es un personaje de recurso que siempre funciona. Su guerra contra Paul prometía, y aunque ha estado bien, se ha quedado corta para lo que me esperaba.

La serie es buena cuando implican a todos los personajes en una trama principal, el momento de revueltas con todos manifestándose y peleando juntos, fue uno de los mejores momentos, pero que no entiendo el porqué, dura lo mismo que un suspiro. Cuando comenzó en el 2004, la vendían como una mezcla de Sex and The City y Twin Peaks, y es cierto que tiene elementos de ambas, pero en Sex and The City, supieron tratar mejor a los personajes, estando todas juntas siempre, que es cuando mejor funcionaban, teniendo sus partes individuales. Aquí en cambio no hay un equilibrio, las 4 protagonistas son impresionantes cuando se juntan, pero tiene la manía de separarlas y es cuando el producto se ve afectado. Vamos a repasar brevemente a las 4.

SUSAN 

Es la que más cambios ha sufrido durante la séptima temporada. Sus problemas económicos la llevaban a un piso (cosa que me enfurecía un poco, ponen que vivir en un piso es algo horrible, y la gran mayoría vivimos en pisos así. No tenemos las grandes casas con jardines de ensueño que tiene las protagonistas). Es siempre el personaje cómico de la serie, y la trama de chacha porno fue algo extraña pero muy divertida.

Teri es una gran actriz y este podría haber sido su año si hubieran sabido llevar el tema del transplante de riñón.  Me ha gustado el cambio, ha dejado de ser la patosa con tramas planas, habiendo encontrado un equilibrio entre comedia y drama por igual.

Deberían observar más los pequeños detalles, antes que los efectos que enganchen a la audiencia, ya que las actrices llevan desde la segunda temporada sin estar nominadas a los premios principales, y el problema es porque nunca las exprimen como deberían (excepto a Lynnete), y Teri da para mucho más, pero ha sido un buen año para su personaje.

LYNETTE

  

Con el personaje de Felicity Huffman tengo una relación amor-odio. Me encanta su fuerza, el carisma que esta gran actriz le otorga, y el sentido del humor que tiene. Pero me carga y mucho que siempre saque punta a todo lo que pasa a su alrededor, y que su orgullo vaya por delante de todo lo demás.

El matrimonio Scavo en cansino, Tom es un crio con 50 y tantos años que siempre ha estado a la sombra de su mujer. Y es que Lynnete es la que lleva adelante la familia, y la nº1 en su trabajo, sino fuera por lo machista que es Tom, al no aguantar que no sea él quien lleva dinero a casa.

Este año ha sido genial para el personaje, la hemos visto crear su empresa, le han dado el drama justo y por fin ha tenido mucha comedia. La última parte de la temporada, ha visto como a partir del ascenso de Tom en el trabajo, le toca estar a su sombra, algo intolerable para ella, y lo entiendo.

La separación de los Scavo me alegra, traerá a una nueva Lynnete, que después del desgaste que ha sufrido con las locuras semanales de Tom, es de agradecer que le den aires nuevos.




GABRIELLE

Eva Longoria comenzó como la novata, la única que no optaba a premios prestigiosos, y la más superficial, pero a lo largo de estos 7 años, ha ido cogiendo el truco y se ha convertido en una buena actriz. En la comedia es una reina, sabe contagiar su risa, es fácil hempatizar con su personaje, y además, acompaña muy bien físicamente los diálogos de su personaje.

A Eva le deben tramas dramáticas donde demostrar que es algo más que una chica mona, y se lo han concedido. Las trama del intercambio de sus hijas, me impresionó, y aunque muchos se han reído de la parte en que comparaba a su hija biológica con una muñeca, me pareció muy emotiva. Pero como es habitual, cerraron muy pronto y de forma brusca la historia, y volvió la Gabby superficial y graciosa.

El hecho de que hayan rescatado la historia de los abusos de su padrastro, ha sido excelente, pero algo tan serio y que hubiera dado tantos momentos de tensión, se lo han ventilado en un solo episodio, cuando han dedicado demasiado a tramas de relleno que no han llevado a nada.


BREE

Qué ha sido de la Bree recta y formal? Como ha llegado a ser una arrasa hombres y hasta a permitir que se le queme la comida?

Tanto cambio en Bree me ha parecido algo confuso, es cierto que las bases del personaje no se han perdido, pero la insistencia de darle parejas y tocar el alcoholismo, da la sensación de que los guionistas no saben por donde llevarla.

Es la que más desapercibida ha pasado en este año. Su relación con Keith ha terminado siendo anecdótica, la enfermedad de su hijo esta metida con calzador, y lo único interesante es la enemistad que tiene Carlos contra ella por encubrir el asesinato de Juanita Solís (la madre de Carlos).

Lleva varios años así, completamente perdida, y aunque me rio con ella, me sobra en muchas ocasiones.

Lo único interesante en la octava temporada es que tenga a un detective como pareja que pueda descubrir el gran secreto.

Echo de menos la Bree de la primera temporada.



Sobre los secundarios me quedo con Juanita Solís, la señora McCluskey y Lee, el gay cotilla que podría ser la sexta desesperada.

McCluskey borda sus escenas, y ahora con marido tiene un apoyo que hace mejores sus diálogos, me gustó que la metieran en los planes de Felicia, aunque ha terminado en nada su aportación.

Juanita Solís (Madison de la Garza), ha nacido para la comedia, tiene química con Eva Longoria y mucho carisma. Es la única niña con  algo de protagonismo (alguien se acuerda de que tiene a su hermana Celia?)

Y por último Paul, que ha sido el rey de este año, un personaje que me sigue encantando aunque lo hayan intentado humanizar demasiado en el final.

Hubiera sido un año a la altura del primero, sino fuera por los último 2 episodios, donde se hacían y deshacían historias (el disparo de Paul, la aparición de Zack, el affair de Reneé y Tom, la madre millonaria de Lynette), donde no pasaba nada, y donde lo más prometedor terminaba en nada.

Eso si, el último episodio me ha dado esperanzas. Ver a Susan reclamando atención a sus amigas, cada vez más distanciadas, y como se han pasado todo el episodio juntas ha sido genial. El hecho de que el cliffhanger incluya a las 4 (con Carlos también) promete.

Esa es la esencia de la primera temporada, donde el suicidio de Mary Alice trastocaba las familias de todas ellas, ya que al fin y al cabo, las 4 son la serie, y el secreto de su éxito.

Estoy con esperanzas de que la octava (y seguramente última) temporada, rectifique los errores garrafales de los últimos episodios, y nos devuelva la gran serie que volvió con fuerza en septiembre.

NOTA 7/10