miércoles, 6 de julio de 2011

CRÍTICA PREMIERE SEGUNDA TEMPORADA DE THE BIG C (SIN SPOILERS)

Cathy vuelve a Showtime para darnos una lección de vida en esta nueva temporada. Para quien no la conozca, Cathy es la protagonista de The Big C, serie del canal que produce grandes productos como Dexter, y que tiene como protagonista a Laura Linney, actriz de una impecable trayectoria cinematográfica, y que trata sobre la vida de una profesora que acaba de descubrir que tiene un cáncer terminal de fase 4, por lo que no le queda mucho tiempo de vida.

En la primera temporada vivíamos la actitud rebelde de Cathy contra su nueva vida, se negaba a su dura realidad y quería vivir intensamente el tiempo que el quedara, por eso no decía a nadie nada sobre su enfermedad, y comenzaba a cumplir esos pequeños deseos que siempre había tenido pero que jamás había cumplido.


La primera temporada fue soberbia, con un final que a muchos nos hizo llorar, y es que tarde o temprano terminamos valorando nuestra vida, que puede ser mejor o peor, pero Cathy descubre que por mucho que quiera negarlo y evadirse, tendrá que enfrentarse a la dura realidad en algún momento.

La comedia negra que marca el estilo de la serie, es muy propio del canal y con semejanzas a productos como Nurse Jackie o Shamelesss. 

Toca un tema muy frágil, ya que muchos hemos vivido de cerca esa enfermedad ( ya sea en nosotros mismos como en familiares o conocidos), y es muy difícil escoger el tono adecuado para que no parezca que se mofan, o que se aprovechan para crear un drama de lágrima fácil. Quizá el error de ese primer año fue que no veíamos los síntomas en la protagonista, físicamente tenía un buen aspecto y no ha cambiado en nada, no se la veía decaída, pero en la parte emocional y psicológica si que supieron dar el tono adecuado.

Cathy vive con su hijo y esta separada aunque continúa viéndose con su ex, tiene un hermano que vive al estilo vagabundo por elección propia, y que está en contra de todo tipo de modernidad para defender el medio ambiente.

Qué pasaría si nuestra vida tuviera una cuenta atrás acelerada? La viviríamos al límite o lucharíamos para evitarlo? Este dilema es el que mueve la historia. Por un lado, la protagonista no quiere vivir como una enferma, no quiere compasión y necesita seguir con su vida y pensar en sí misma, pero es consciente de que necesitará ayuda, y de que serán muchos los momentos que no podrá vivir, como por ejemplo la graduación de su hijo, es por ello que poco a poco se le despierta un sentimiento guerrero. 

La negación reinaba el primer año, y ahora ha llegado el momento del enfrentamiento, y ya nos lo han dejado muy claro con el cartel promocional donde vemos a Laura Linney vestida con estilo deportivo y con el tiempo en sus manos, manda y tomará el control sobre su dura enfermedad.  Sin duda,  un cartel perfecto que refleja el espíritu de la serie.

Laura Linney es un grandísimo acierto, transmite con ninguna y clava todas las escenas, aunque le han hecho la mala jugada de emparejarla con Oliver Platt (Paul), con el que no termina de encajar, pero se salva la situación porque ambos son buenos actores.

Paul es el personaje que desentona y no aporta nada a la historia, es un complemento que podría ahorrarse porque sus tramas personales no son de gran interés, y Cathy es mejor cuando esta sola o con los demás personajes que con él.

De los secundarios hay que destacar a Phyllis Somerville (Marlene), que se ha ganado el cariño del público con su emotiva interpretación, la cual sufría un gran cambio en los 12 episodios de la primera temporada, y que llenaba la pantalla, en especial en aquellos momentos con Laura Linney, teniendo ambas una indudable química.

En las sorpresas tenemos a Gabourney Sidibe y Cynthia Nixon, una de forma favorable y la otra de forma negativa.

A Gabourney Sidibe la conocimos en el dramón Precious, y aquí la tenemos en un registro cómico donde demuestra carisma, y se echa en falta que la utilicen más, y le den más importancia (cosa que esta sucediendo en la segunda temporada al ver el trailer del 2x03.

En cambio, Cynthia Nixon, no termina de gustarme, quizá por su estresante voz, o por su personaje, pero cada vez que aparece me pone nervioso, y eso que en Sex and the City era de las mejores, aún así no digo que sea mala actriz, sino que la veo algo sobreactuada. Pero su personaje es el que provoca los momentos cómicos en una recta final llena de drama, con su tono irónico e incorrecto, diciendo las cosas que se nos pasan a todos por la cabeza,  por lo que es muy necesaria y una inteligente incorporación. Además, de que es la que lleva el control de Sean en la segunda temporada.

Y por último John Benjamin Hickey, que interpreta a Sean Tolkey, el peculiar hermano de Cathy, y que es para quitarse el sombrero por la complejidad de su papel, un papel que podría ser sobreactuado y caer en lo ridículo,  pero que John sabe defenderlo y mantenerlo sin que le reste calidad a la serie.
Sino le habéis dado la oportunidad que se merece a la serie, os animamos a que lo hagáis, porque aunque toque un tema tan duro, entretiene, emociona y nos hace valorar pequeños momentos que nos pasaban desapercibidos.

Es una joya que tarda en brillar, pero que a medida que avanza consigue deslumbrarnos, tiene un gran increscendo, que no nos esperaríamos viendo el primer episodio, y que nos hará reír y llorar a partes iguales.


Showtime volvió a acertar al dar luz verde a esta gran serie, con una gran labor por parte de los guionistas,  saben equilibrar el drama con la comedia, saben tratar un tema tan frágil sin ofender a nadie, y ante un tema tan duro, derrochan un optimismo con comienza con su preciosa introducción (el tema del opening es Game Called Life del grupo Leftover Cuties, el cual nos encanta).


NOTA: 8'5/10


Como curiosidad, que opináis de la c del título? es la gran Cathy o hace referencia a la enfermedad, en el 2x02 tocan este tema. Yo opino lo primero.

A PARTIR DE AQUÍ SPOILERS



Dejamos a Cathy operándose para extraer el tumor, la devastadora muerte de Marlene, la reacción de Adam al conocer el futuro de su madre, la desesperaciñon de Paul por salvar a su mujer, y el embarazo de Rebecca con Sean como padre.

El comienzo ha sido perfecto. Tenemos a Paul y Cathy buscando alternativas desesperadamente ante las pocas posibilidades que se les presenta. El doctor Mauer que volcó por completo en ayudar a Cathy, provocó que la viera como algo más que una paciente, y no encuentra ninguna posibilidad de éxito, por lo que zanja el tratamiento. 

Adam intenta por todos los medios llevar una vida normal, ahora que todos saben la enfermedad que padece su madre.

Y Sean y Rebecca hacen frente a sus grandes diferencias para poder llevar adelante el embarazo y el futuro nacimiento de su hijo.

Y lo que más me sorprendió, las apariciones de Marlene que hace de representación de la muerte, y lo añaden a modo de metáfora del miedo que padece la protagonista.

Sin duda, se presenta una gran lucha por la supervivencia.

La nueva Cathy llega con mucha fuerza, y aunque se echará en falta a Marlene, se presenta una tanda de grandes episodios.

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