CRÍTICA DEXTER: 6ª TEMPORADA (SIN SPOILERS)

Si algo caracteriza a la serie de Showtime es que podría describirse con un adjetivo, irregular. Y digo esto porque Dexter es una serie que o te da de los mejores televisivos del año, o de algunos de los más aburridos (nunca llega a ser mala del todo).

Y si después de una pésima tercera temporada, consiguieron resurgir con una impresionante cuarta temporada que fue el punto álgido de la serie, pero terminó de forma que supuso un antes y un después en la vida de Dexter Morgan. 

Desde entonces la serie ha dado tumbos sin encontrar la forma de hacer avanzar la vida del forense, y es que al tener tan poco para abarcar, a la mínima que avancen puede resultar difícil continuar haciendo temporadas, y aparte,  no podían perder la esencia del personaje principal, ni caer en la repetición de tramas año tras año.

Si la quinta dejó un buen sabor de boca tras el desconcierto, y un final algo decepcionante, la tan anunciada sexta temporada, prometía volver a los orígenes para devolvernos al Dexter que tanto nos enganchó, con la religión católica de fondo, y con enemigos de la talla de Trinity. Pero una vez finalizada, esta claro que no se ha cumplido nada de lo que se prometió.

Uno de los principales factores negativos que tiene la serie, es la manca de personajes secundarios que resulten interesantes (a excepción de Debra). Ningún otro secundario que no sea la hermana de protagonista, ha sido bien tratado por los guionistas, y es que apenas han cambiado año tras año, ni han contado con tramas que resultaran algo más que relleno. Pero esto se camuflaba gracias a las grandes aventuras del personaje de Michael C Hall, y que el showrunner (guionista que dirige todas las historias de una temporada) del cuarto año supo dar a cada personaje una pieza del rompecabezas, que daba coherencia y firmeza a todo el conjunto.

En la quinta llegaron incorporaciones que dieron un soplo de aire fresco, pero en la sexta, no han sabido que hacer con cada uno, habiendo cabos sueltos, personajes que han llegado a resultar incoherentes consigo mismos (Laguerta), otros que no hay forma de que avancen (Batista), y otros que siempre estarán de fondo para cubrir pequeños momentos de cada episodio (Masuka y Quinn), e incorporaciones que parecen tener un as bajo la manga, y no han tenido tiempo de mostrarlo. 

Después se ha repetido algo curioso en esta y la anterior temporada, personajes que parecían importantes y que han terminado sin hacer nada por la trama, y en ambos casos son las niñeras.

De los enemigos, en un principio daba la impresión de que estábamos presenciando a los más sádicos contrincantes de Dex, pero con una introducción  espléndida, fueron perdiendo gas hasta llegar a un desenlace forzado, que no sorprendía, y que dejaba en evidencia al equipo de guionistas. Colin Hanks (hijo de Tom Hanks en la vida real), y Edward James Olmos (Blade Runner, Battlestar Galacticano) no han hecho una mala labor como enemigos, pero iban decayendo a medida que avanzaba la historia, y de promesa pasaron a decepción, sin haber llegado a ser tan emblemáticos como Trinity, el que sería como Joker para Batman.

Debra (cuya actriz Jennifer Carpenter merece mayor reconocimiento) ha sido la más beneficiada en lo que atención se refiere, dando un giro de 180º, pero sin dejar de tener los problemas de siempre, y con un tramo final que dará mucho de hablar. en mi opinión, se han equivocado del todo con el personaje, ya resulta cansino que siempre le suceda lo mismo en el terreno sentimental, y tanta desgracia llega a resultar cómica. Me gusta el final que ha tenido, pero no los derroteros por donde la están llevando, habrá que ver que sucede con ella, porque la próxima promete ser su temporada.

Y sobre el propio Dex, no ha dado señales de vida en los 12 episodios, no ha sido él mismo, ha parecido una marioneta a merced de los secundarios cuando siempre iba un paso delante de cualquiera, y cuando volvía a aparecer el Dexter que tiene ganado al público, sucedía algo inexplicable, que daba muestra del caótico trabajo de los escritores.

Ha sido este año cuando se ha dejado claro de que ha llegado el momento  de decidir cuando se dará el cierre de la comisaría de Miami (como ya pasó en Lost), y será en la octava temporada. 

Es decir, tenemos 24 episodios más, y este ha sido el único acierto este año, porque la recta final ya daba muestras de por donde iban los tiros para el futuro, haciendo avanzar la historia general solamente en los últimos minutos, y eran lo mejor sin lugar a dudas, recordándonos porque nos gusta tanto la serie, y porque pasamos por alto algunos errores. 

Sobre el final, se podría decir que es un cliffhanger esperado, previsible, y necesario, aunque no por ello no es que no sea sorprendente, debido a que parecía que nunca se atrevían a dar un paso adelante, pero se ha metido de manera incoherente y torpe, aunque no quita que sea uno de los momentos que se recordarán cuando finalice. 

No ha sido una mala temporada en sí, pero habiendo degustado el sabroso plato que fue la cuarta temporada, es como haber terminado comiendo en un restaurante de comida rápida, en lugar de un restaurante de alto standing, con comida de calidad y donde no importa el dinero que nos dejamos por lo bien que nos ha sentado.

En septiembre comienza el principio del fin, vuelve el verdadero Dexter, y esta vez, no hay excusas para errores y para estirar innecesariamente más el chicle.

NOTA: 6/10