CRÍTICA THE HUNGER GAMES (LOS JUEGOS DEL HAMBRE)

El director de una de nuestras películas preferidas (Pleasantville), y una saga de libros que hemos devorado en una semana por lo adictivos que son, rápidos de leer y con una historia que funciona a las mil maravillas, además de la sorpresa de la extrema dureza que contiene (algo que ya nos hacía pensar en la dificultad de la adaptación a la gran pantalla), nos hacían presagiar que iríamos a ver una de las mejores películas del año,  debido también a que el libro en sí es muy cinematográfico, debido también a que la autora es guionista, y consigue que formemos nuestra película mientras leemos pero al salir del cine, el sabor que se nos ha quedado ha sido agridulce..

Y es que recrear el libro tal y como es, haría que la película no recibiera el calificativo de apta para mayores de 12 años,  eso reduciría el público, y por lo tanto la recaudación (que es lo que interesa). Y ese ha sido el gran problema y el fraude de la adaptación de Gary Ross, el poco riesgo que ha decidido tomar, a la hora de decantarse por la vía comercial.

The Hunger Games se sitúa en un futuro apocalíptico distribuido en distritos, los cuales son dominados por el Capitolio, el cual para recordar el fracaso de la traición de la población al enfrentarse a ellos, exigen que cada año, cada distrito presente a modo de tributo a un chico y una chica, de entre 12 y 18 años, para que se enfrenten a muerte a unos juegos televisados, donde solamente quedará uno.

Aunque las normas de los juegos recuerdan a la japonesa Battle Royale, The Hunger Games va mucho más allá, siendo una feroz crítica social y política sobre los problemas de la sociedad, llevado al extremo, y que mantiene una dureza hasta su final que la hacen única. Los juegos en sí son una excusa para tratar las grandes consecuencias que traerán los actos de la protagonista y la respuesta del presidente Snow ante cualquier movimiento rebelde que se presente.

Gary Ross ha acertado plenamente en el casting, Jennifer Lawrence es perfecta, lleva el peso de la película sin problemas, capta la esencia de Katniss desde que aparece, y es una gran candidata para el drama que se viene encima (el segundo y sobre todo, el tercer libro, son muy duros, por lo que el trabajo de la protagonista es esencial, y si ha estado nominada a un Oscar por un papel principal, mejor que mejor. Como adaptación cumple, como película para los que no han leído la novela también, pero si eres uno de los lectores, terminarás algo frustrado por algunas decisiones.

La primera parte de la película, que presenta la vida en el Distrito 12, donde vive Katniss con su madre y hermana, es calcada a la novela, incluso enfatiza más en la extrema pobreza a la que se enfrentan sus habitantes, la importancia de conseguir alimento, la relación que tiene con Gael, compañero de caza furtiva, gracias a la que consiguen provisiones, y sobretodo, alimentar a su propias familias. Ross sabe captar lo esencial, y dejar claro la represión que ejerce el Capitolio sobre los distritos en el momento de su aparición para hablar de los famosos juegos, además de la imagen superficial que desprende. En esta parte, los cambios son pequeños (personajes que no aparecen, cambios de detalles) que son favorables para enfatizar más en relaciones como la de Katniss y Prim, su hermana pequeña, y ayudan a una mejor comprensión.

Todos los demás personajes son muy fieles adaptaciones, siendo Peeta el más importante, y aunque de primeras Josh Hutcherson no nos parecía del todo adecuado (físicamente si, pero Peeta tiene momentos que podrían dar un Óscar al actor en la tercera película, y no ha tenido una carrera muy sólida en lo que a calidad se refiere), cambiamos rápidamente de opinión reconociendo desde el principio al personaje. 

Ross tenía dos difíciles obstáculos que superar, el primero la extrema violencia del libro, y el segundo, que la narración es subjetiva, Katniss nos narra los acontecimientos y sus pensamientos, por lo que la conocemos por completo, pero al llevarlo al cine, esto debería ser llevado con voz en off, un recurso que no siempre queda y del que el director ha prescindido, confiando en el trabajo de la actriz para plasmar sin palabras lo que el personaje nos cuenta. Y en este obstáculo sale victorioso, Lawrence transmite, no es una actriz más, sino que en todo momento es cómplice con el espectador.

El segundo obstáculo es muy diferente. Los juegos están cargados de trágicas muertes, que en la película se han rebajado demasiado, y algo que nos defraudó mucho y el gran fallo, optan por la confusión en los momentos más delicados, con temblores de cámaras, planos cortos y rápidos, y una acción demasiado breve para saltarse lo antes posible los momentos más peliagudos. Y esto es lo peor que han podido hacer, porque se pierde la tensión y emoción de la competición. Además de que enfatiza demasiado e Katniss duante todo el metraje, que no da tiempo a que conozcamos a los demás tributos y algunos secundarios como por ejemplo Rue y Cinna, que son importantes, que se ganan nuestro aprecio por sus actos y forma de ser, pero que en la versión de Ross pasan de puntillas. Ambos protagonizan partes espectaculares de la historia, que pierden bastante en la adaptación, y eso que Lenny Kravitch es clavado físicamente a la descripción del personaje, y tiene esa ternura con la protagonista. 

Rue es la gran pérdida, no la saben introducir, y su paso es demasiado breve para todo lo que desencadena en la historia.

Faltan cosas por contar, pequeños detalles que al público que conozca la historia por su paso por el cine, se le escapará, como es la importancia del Sinsajo, el símbolo que lleva Katniss a modo de amuleto, y que termina siendo el símbolo de la rebelión, y sobretodo, la desaparición del 13º distrito, desaparecido por enfrentarse al gobierno, y que dio lugar a la creación de los citados juegos.

En el apartado artístico, no han sabido llevar la espectacularidad que la autora describe del Capitolio, ni han jugado con los diseños y maquillajes recargados de la sociedad frívola de la capital.

En un principio no nos gustaba el cambio de director para En Llamas, segunda parte de la saga, pero creemos que aunque Ross ha asentado bien los cimientos, deberían recurrir a un director que profundice más como hizo Alfonso Cuarón con Harry Potter. En este libro se han saltado la acción, pero es que si en el tercero no hacen una película para una audiencia adulta, no habrá adaptación posible, ya que estamos hablando de rebelión, de guerras, de muertes muy violentas, de sufrimiento, de torturas etc... así que tarde o temprano tendrán que arriesgar.

Por cierto, en la película se dan hechos del segundo libro, como por ejemplo la respuesta del distrito 11 a cierto momento emotivo, y una conversación muy importante que mantiene el presidente Snow  sobre la rebelión.

NOTA:7/10