jueves, 9 de agosto de 2012

CRÍTICA PROMETHEUS

La polémica de la semana, y que sin duda va par largo como esta pasando con The Dark Knight Ries, ha sido el estreno de Prometheus, vuelta de Ridley Scott a la ciencia ficción (desde aquí pedimos que no vuelva a pasarse otros 30 años sin tocar el género), y por ser una precuela de Alien, obra magna del director y obra de culto para todo cinéfilo.

Prometheus no tiene nada que ver con Alien en el sentido narrativo, ya que se desliga casi por completo exceptuando a los famosos extraterrestres, por lo que si las generaciones que no han conocido a la gran Ripley van a ver la nueva entrega, podrán disfrutarla de todos modos. Pero este no es el gran dilema de la película, sino el cambio significativo en cuanto a guión e historia, y es que el clásico tenía una breve historia (nave con tripulación se ve atacada por un extraño ser que va terminando con todos de uno a uno, manteniendo la tensión en el espectador), y Damon Lindelof, artífice de (para nosotros) estafa televisiva llamada Lost, ha impregnado de religión, filosofía y una mitología mucho más extensa a la historia de los seres con babas de ácido, y que ha creado un debate entre los fans de la saga.


Ridley Scott creó al ser, James Cameron lo llevó más allá y expandió el mundo en el que se movía, pero ahora Lindelof le ha creado un origen, unas creencias y unas motivaciones. Eso para nosotros a sido un gran avance, porque somos partidarios de que haya una mitología y una historia en tan buena idea, pero como punto negativo tenemos que el guión no consigue formar del todo las ideas de Lindelof por errores narrativos, y personajes algo mal llevados.

Noomi Rapace esta impecable en su papel de Elizabeth Shaw, la antecesora de la teniente Ripley (Sigourney Weaver), que para muchos es un personaje histórico del cine, pero la actriz crea una mujer muy diferente a la que interpretó Weaver. Shaw es menos visceral y más racional que la anterior, y es a priori mucho más frágil que Ripley. 

Sus motivaciones se limitan al conocimiento, mucho más que a la supervivencia, y ahí puede no ser tan reconocible por el espectador como lo era Ripley, ya que muchos abandonarían al ver todo lo que ve Shaw, y en la anterior saga era la supervivencia el principal motor de la historia.

Michael Fassbender es el nuevo androide, como lo fue en la primera parte Ash (Ian Holm), David ayuda al equipo de científicos, y desde el comienzo veos que tendrá un gran peso en la historia, Sus momentos son espléndidos por el siempre perfecto Fassbender, pero en cuanto comienzan la exploración, David es contradictorio, y no terminamos de entender sus actos, una pena porque es el mejor personaje de la película, que se ve empañado por la torpeza de los guionistas.

Pero la que más paga los errores del guión es Charlize Theron, que es anecdótica su intervención, con momentos absurdos y un desenlace algo decepcionante por el potencial de la actriz. No entendimos a que viene que no se aprovechara a Meredith Vickers (Theron), porque tiene unos aires de sospecha que dan a entender que dará la sorpresa en la recta final, pero finalmente, se queda en nada.

Sobre los demás personajes, poco hay que decir, debido a que no se desarrollan lo suficiente para que el público empatice  con alguno de ellos, y no sean más que carne fresca para los asesinos de turno.

En el primer tramo de la película, nos introducen la historia de forma brusca, muy rápida y algo torpe para ir directos al planeta donde se dará toda la acción. Solamente David tiene su digna presentación, junto con Shaw, los demás poco o nada sabemos de ellos.

Una vez instalados y en el centro del meollo, Scott hace gala de su facilidad por dar la tensión  que irá in crecendo a medida que avance el metraje, pero reacciones incoherentes, empañan secuencias extraordinarias (intercaladas con otras que cuesta creer que vengan del director).

Noomi Rapace no tiene el mismo acompañamiento que tuvo Sigourney en su día, y eso se aprecia porque cuando no vemos a Elizabeth en pantalla, el interés decae, y la recta final aún siendo impresionante, tiene una resolución accidentada, con muchas lagunas (como la explicación de la escena inicial), dando claras muestras de que se guardan lo mejor para la secuela que veremos en el 2014.

Ridley Scott impregna su reconocido despliegue visual y su impresionante ambientación, además de tener una escena (la operación) que debe pasar a la historia por su fuerza y excelente técnica, sabe llevar a los actores a los que pretende lucir, y adentrarnos en un nuevo mundo sin claros referentes. Pero echamos en falta esa buena mano con sus personajes que tan buen resultados dieron en Blade Runner y Alien, con iconos del género.

En definitiva, nos gusta el nuevo rumbo de la historia, nos gusta Elizabeth Shaw, y como inicio de trilogía es magnífica, perola película se ve empañada por un guión con demasiado altibajos como para encumbrarla. Aun así, es un majestuoso espectáculo digno de admirar, y que obviando sus fallos narrativos, se disfruta más y más con los visionados posteriores.



NOTA: 7/10

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