domingo, 21 de agosto de 2011

CRÍTICA BRIDESMAIDS (LA BODA DE MI MEJOR AMIGA)

Judd Apatow, artífice de comedias como Knocked Up (Lío Embarazoso),  Superbad (Supersalidos), o The 40 Year Old Virgin (Virgen a los 40), cambia el registro típico de sus comedias protagonizadas por hombres y pensadas para hombres, dando la oportunidad al género femenino de protagonizar una comedia muy al estilo del productor, que tanto éxito le ha otorgado. El resultado? La comedia del año con los fallos típicos de las películas Apatow, pero con escenas memorables y uno de los éxitos y de las sorpresas del año, siendo la réplica femenina de The Hangover.

En Bridesmaids tenemos la historia de Annie, una neoyorquina sin trabajo y en el peor momento de su vida, se prepara para ser dama de honor en la boda de su mejor amiga, cargo por el cuál tendrña que competir y que le llevará a pasar situaciones embarazosas con las demás amigas de la novia.


La primera parte d ela película es perfecta, los gags son graciosos, el guión excelente y las actrices se ganan al público desde el primer momento. Se nota la gran experiencia en comedia de Kristen Wigg (Annie) y Maya Rudolph (Lillian, la novia) en el programa Saturday Night Live, donde cada sábado han actuado en directo delante de millones de espectadores. Kirsten Wigg (que además ha participado en el guión) llena la pantalla con su presencia y soltura, y clava tanto las partes dramáticas como las cómicas, acompañada de muy buenos diálogos y de buenas acompañantes, no cansa verla en casi todo el metraje de más de dos horas. No es culpa suya que a partir de la mitad del film, la historia comience a decaer y se mueva por los clichés de las comedias románticas, perdiendo el interés generado durante la primera hora. 

Parece que viene ya como marca en las producciones Apatow, algo que sucede en la mayoría de sus películas, el peor enemigo es la extensa duración, y algunas líneas argumentales que solamente entorpecen la principal.

Tenemos a las damas de honor de Lillian, todas perfectas en sus roles y que aportan los momentos que serán recordados por todos, como el discurso en la fiesta (un momento en que se ve la excelencia del guión, y la gran química de las actrices, en este caso de Kirtsen Wigg y Rose Byrne de la serie Damages y vista en X-Men: The First Generation).

Otro gran momento llega con la prueba para el vestido de las damas de honor, terminando en medio de la calle, en serio, no apta para estómagos delicados pero muy buena. 

Pero lo bueno se termina, y después de grandes presentaciones y momentos dados por las amigas de la novia, se terminan cuando todo se centra en la vida amorosa y familiar de Annie, desaprovechando a las secundarias, por tratar de aportar los clichés del género que se extiende hasta un final previsible y poco oportuno, para una película que prometía romper con lo establecido en la comedia femenina. 

No entendemos si se debe a la opción de no arriesgarse y optar por lo común para gustar, o que no tenían mucha idea de como continuar la historia, pero lo cierto es que si no fuera por ese bajón, hubieran hecho un producto impecable. El drama es algo necesario, pero es que pasamos de reír a carcajadas, a aburrirnos con la relación de Annie y Nathan.

Mención especial merece Melissa McCarthy (Mike & Molly), que ofrece un personaje pasado de rosca y con mucha personalidad, que se sale de los clásicos secundarios y desprende carisma en cada aparición. Tiene el tiempo justo en pantalla que requiere y protagoniza algunas de las mejores secuencias. Da gusto ver a la actriz sin ningún tipo de complejo y tan suelta, donde solo llega a estar eclipsada por Kirsten Wigg, siendo ambas las mejores actrices de la película. 

Por lo demás, poco más hay que destacar además de la locas situaciones a las que se enfrenta el grupo de chicas, con personajes que podrían haber sido mejor aprovechados como Jessica St. Clair (Whitney, una mujer harta de su vida de ama de casa y de sus hijos), y Ellie Kemper (Becca, una recién casada algo inexperta en temática sexual), y otros que sobran por completo como el policía Nathan (interpretado por Chris O'Dowd), que bien podrían haber empleado todo ese tiempo para Becca y Whitney, que esperamos conocer mejor en la secuela (que sinceramente no vemos necesaria).



NOTA:8'5/10





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