domingo, 8 de julio de 2012

CRÍTICA THE AMAZING SPIDERMAN

Marc Webb se jugaba el todo o nada dirigiendo el reboot (reinicio) de la saga Spiderman, y es que tan solo cuenta con una película indie en su curriculum (500 Days of Summer), donde el amor era el gran protagonista, y porque venía tras la famosa saga creada por Sam Raimi, sin muchos años de distancia para que el público olvidara al Spiderman con la cara de Tobey Miguire.

Desde que Nolan mostrara al mundo que los superhéroes merecen atención, que pueden ser tratados como grandes personajes cinematográficos, y que tienen mucho que contar, hemos vivido una nueva etapa de transiciones de cómic a cine, teniendo como momento cumbre a The Avengers de Joss Whedon, una película perfecta para cualquier tipo de espectador. Antes de tal acontecimiento, en toda película de un héroe extraído de un cómic, teníamos al malo de turno tocando las narices, y veíamos como el protagonista terminaba con la amenaza y se quedaba con la chica. Pero por suerte, eso cambió, y Marc Webb y su equipo han querido ahondar en Peter Parker, mostrando un adolescente reconocible con unos problemas más realistas (dentro de lo que cabe claro).


Sam Raimi ofreció momentos históricos en sus tres películas, como podría ser el famoso beso con Parker boca abajo, la escena del tren, la lucha en New York contra Octopus etc.. Pero se olvidó de lo más importante, sus personajes. No es que no tuvieran un buen guión (la tercera no la cuento), pero todo, y sobretodo en la primera parte, era muy superficial. Tenían claros los parámetros que debían seguir y no se salían del camino marcado.

Pero con Marc Webb ha pasado justo lo contrario, y es que en The Amazing Spiderman no tenemos unos momentos que se queden marcados en nuestras retinas, pero si unos personajes que nos ganan, y que nos interesan.

Tobey Maguire y Kirsten Dunst no tenían esa química que se requería, ni juntos ni por separado, no había mucho trabajo de personajes, porque la acción predominaba. Tobey además, no se asemejaba al Parker de cómics, un nerd delgado y estilizado, con una gran carga de ironía cuando recibe sus poderes, punto crucial que ha sido el grana cierto del film de Webb, porque ha sabido trabajar perfectamente las consecuencias de la picadura, los cambios físicos y mentales del protagonista, los daños colaterales en su vida y en la de sus seres cercanos, y en la actitud que emplea a raíz de descubrirlos. Para Raimi, la picadura comportaba un impresionante cuerpo musculado de la noche a la mañana, y el descubrir como tirar la dichosas telarañas (algo que se inventó), pero para Marc, la picadura es solamente el inicio de un largo viaje.

La ironía, y un humor negro reinan en un guión que se agradece por parte del espectador, soberbio para este tipo de producciones, que engrandece al héroe arácnido y a sus allegados, y que contiene el mejor cameo hecho nunca por Stan Lee.

El Parker de Maguire parecía algo atontado constantemente, y el actor solamente cuadraba las escenas dramáticas, pero le faltaba carisma, En ese punto, Andrew Garfield hace que nos olvidemos rápidamente de Tobey, dando a un Peter Parker perfecto, y para colmo, aparece Emma Stone, una actriz que nunca falla, que se gana a cualquiera desde su primera aparición, y que con Andrew tiene una química que se sale de la pantalla. Pero el hecho de que se desarrolle tan bien la relación de ambos, y sus personalidades, resta acción y ese efecto comiquero que reinaba en las producciones de Raimi, con una recta final que carece de la emoción que el clímax de la película requiere. No es que sea aburrida, sino que el enfrentamiento entre Spiderman y el Lagarto, no termina de ser aprovechada, con luchas rápidas y de breve duración, pero bien rodadas y con unos grandes efectos especiales y coreografías que las redondean, por lo que aunque sean algo escasas, se dan y son muy buenas.

La acción no llega hasta la hora y media aproximadamente, y es el gran pero de Marc Webb, que muestra no sentirse cómodo con tanto ordenador de por medio, y suele optar por no alargar más de lo necesario a favor de la historia y sus personajes, pero no tiene que olvidar que es un cómic lo que esta adaptando, y aunque en la estética es fiel, debería haberse recreado más en el enfrentamiento final.

Otro gran problema es que la historia nos la sabemos demasiado bien, y se han visto forzados a incluir tramas que modifiquen la vida del Parker que todos conocemos, como por ejemplo que tio Ben conviva con él la mitad del metraje, sin ser la principal motivación para el nacimiento del alter ego de su sobrino, y sobretodo, la historia de los padres del protagonista, que viene en pequeñas dosis y sin finalizar, algo que huele a que será parte principal de las futuras secuelas ya confirmadas. Hay mucho material para las secuelas, y personajes que aunque tienen un gran recorrido en esta primera parte, dejan claro que no están donde están para acompañar, sino que hay motivaciones, hay historias, y hay muy buenas relaciones.

Tia May por ejemplo, que en esta ocasión tiene el rostro de Sally Field (a la que han doblado de forma pésima en la versión española), dista de la que conocimos, una sumisa y adorable anciana que se desvivía por facilitar la vida de su sobrino. Tenemos una nueva May autodependiente y que sabe más de lo que dice, la perfecta cómplice para Peter y que será crucial por los secretos que sabe.

Todos los secundarios están a la altura de las circunstancias, no es como en la anterior trilogía donde eran una mera comparsa alrededor del héroe, sino que hasta el padre de Gwen es importante para el desarrollo de la historia.

Gwen es todo lo contrario a la Mary Jean que encarnó Kirsten Dunst, no va deambulando pensando en sus sueños profesionales y preocupada por su relación, sino que es la que motiva y ayuda a Peter, dándole grandes consejos y apoyo, actuando siempre de forma lógica, por mucho que sepa que la situación no tiene solución. Se ve envuelta sin verlo venir, y actúa, no espera gritando en una cornisa a que alguien la rescate, es la chica perfecta (y Emma Stone la actriz perfecta). La actriz tiene una facilidad innata de dar personalidad a su personajes, y si tiene un guión decente entre manos es la perfección. Gwen creará controversia porque todos sabemos su destino, y nos lo tememos ya que será un momento decisivo, algo que Raimi pasó y nos una versión irreal y algo cargante en su tercera entrega, donde solamente se encaprichaba del fotógrafo que conseguía instantáneas de Spidey.

Para el futuro de la saga, deberían trabajar de la misma forma las escenas de acción que las demás, los momentos como la cena en casa de la familia Stacy, y los inicios de Parker tras la picadura, donde los diálogos sorprenden.

Como presentación de una nueva trilogía se han cumplido las expectativas, ahora nos dejan con muchas  cartas que jugar, con un Norman Osborn que solamente se menciona, con una escena post-créditos algo confusa.


NOTA:7'5/10

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