miércoles, 12 de enero de 2011

Crítica de Smallville

Hace unos 8 años se estrenó en España y en verano una serie americana sobre Superman por todo lo alto, en horario de prime time y mucha promoción de un canal general. Decían que descubriríamos su juventud antes de ponerse los calzoncillos por encima, y que como llegó a lucir la capa, porque toda historia tiene su principio y su final. Con estás expectativas comencé a seguirla y llegó la decepción, no veías nada de Superman aparte de los nombres, ni volaba, ni lanzaba rayos por los ojos, ni tenía un superoido y no llevaba gafas de pasta para pasar desapercibido (nunca entenderé como con unas simples gafas se consigue).

Con el primer disgusto asumido, la serie daba entretenimiento para todo tipo de públicos. Los románticos seguirían la historia de amor de Lana y Clark, que todos sabíamos que no llegaría a buen puerto, pero eso solamente le añadía más morbo al asunto. Y los que buscaban acción, que la encontrarían en la rivalidad de Lex con nuestro protagonista que pasaban de ser amigos a enemigos.

Que en una comedia hayan capítulos autoconclusivos, que no hacen avanzar la trama y puedas saltártelo sin perderte en la historia es admisible, pero la primera temporada era exclusivamente capítulos autoconclusivos sobre el afectado de kryptonita de la semana.


La serie comenzaba en una lluvia de meteoritos, en la que aterrizó Clark en nuestro planeta junto a mucha cantidad de kryptonita, que afectaba de modo diferente a los humanos que tenía cerca (daba poderes, malformaciones etc...). Esta excusa  servía para crear enemigos a montones para que el protagonista avanzara y se luciera. Como espectador, aguantaba porque me enamoré locamente de Lana Lang (Kristin Kreuk) y me encantaba el complejo Lex, además de Chloe, personaje inventado para la serie que ha terminado apareciendo en cómics del héroe gracias a su popularidad.


El protagonista suele ser el que lleva la historia, pero en este caso, Tom Welling no estaba a la altura de las circunstancias, por ser muy limitado y poco expresivo, y no salía bien parado en las escenas con Michael Rosenbaum (Lex), el cual hacía un gran trabajo.

En la segunda temporada, se centraban en los orígenes de Clark (o Kal-El como se llama en su planeta natal) y comenzaron los guiños  al universo del superheroe más famoso, como por ejemplo Christopher Reeve y Margot Kidder, protagonistas de las películas. Esto hacía que todo ganara y comenzara a crear una historia que reconocíamos y que sabíamos a donde nos iba a llevar, además de emocionarnos al ver como habían cambiado los actores y actrices invitados.

Tuvo una tercera muy buena, con historias interesantes y más complejas que la del freak de la semana, pero el desastre llegó con la cuarta temporada.

Clark no conoce a Lois hasta que llega al Daily Planet, como un chico criado en una granja, con gafas de pasta y muy torpe, pero los directores de la serie decidieron que Lois de Smallville, conocería a Clark mucho antes, dando al traste con la cronología original, y haciéndonos dudar de lo que estábamos viendo.

A medida que avanzó la serie, era cada vez más comiquera por la aparición de héroes de DC, más entretenida, con más acción, con más personajes y con más poderes. Pero a pesar de dar todo lo que le faltaba en sus comienzos, la serie estaba vacía. 

Los casos se resolvían siempre de la misma manera, Lana siempre caía inconsciente con un golpe (la chica debía tener un trauma craneoencefálico), y casualmente, nunca había nadie donde Clark desplegaba sus poderes, ni le preguntaban como se había resulto todo.


Se veía la fórmula gastada y pensaron en que había que recurrir a presentarnos más compañeros de DC (Aquaman, Flash, Green Arrow, Martian Hunter, Zatanna etc...) porque la adolescencia del protagonista estaba siendo demasiado extensa y comenzaban a terminarse las excusas para que no se pusiera el traje y la capa. La genial idea de los guionistas fue descubrirle Metrópolis y el Daily Planet a Clark a través de Chloe (curiosamente, Clark sin estudiar periodismo termina siendo redactor en el periódico) y volvían a desviarse de la historia original, por lo que del planetamiento inicial poco quedaba. Metrópolis daba aires nuevos y se agradecían.

En este punto de la serie pensé en dejarla, pero siempre había una historia de fondo que era mejor que la principal, y por la cual te quedabas. Fueron unos años de malos malísimos, del Lex que conocemos, de Lana valiente y decidida que buscaba verdades, Chloe padeciendo los sufrimientos de todos y quedando siempre en un injusto segundo plano, del nuevo héroe de turno de la factoría DC que pasaba por allí casualmente etc... 

Los actores eran el punto a favor, Kristin Kreuk dominaba las escenas dramáticas, y tenía mucha química con Michael (de hecho, ganaron mucho protagonismo) y Allison Mack. Pero Tom Welling aún habiendo mejorado, continuaba apagándose al aparecer en escenas sus compañeros y daba la sensación de ser la excusa para enlazarlos, nada más.

Krstin y Michael dejaron la serie, y se añadieron como fijos a Oliver Queen (Grenn Arrow) y a Lois (Erica Durance), haciendola repetitiva y cansina.



Llegados aquí uno se planteaba, donde esta Superman? La respuesta es en ningún sitio, porque esto no tenía nada que ver con él. Clark era demasiado inocente a pesar de haber pasado tantos años, y te costaba creer que algún día tomaría la decisión esperada. 

Como en sus inicios, la serie se defendía con sus secundarios, en especial Lois, que daba un toque cómico y muy necesario, además de las comunes escenas de bikinis y chicas luchando. El recurso ahora era un malo por temporada que desencadenaría un gran combate final, esperado por todos y que siempre se terminaba resolviendo en 5 minutos, dejando al espectador con la frustración, efectos especiales algo defectuosos y además, de giros de argumento sin sentido y absurdos (el final de Lana en la serie es patético)
Aparqué la serie en su novena temporada, me había pasado temporada tras temporada con expectativas nunca cumplidas y muchas promesas en sus promos con trampas. Parecía mejorar con la llegada de Zod, pero me cansé de esperar, como cuando introdujeron a Supergirl, prima biológica de Clark, y que a pesar de parecer interesante desapareció r´pidamente.


10 años ha cumplido ya, y estamos a unos meses de conocer como será la transformación, pero el cambio ha sido a lo largo de todo este tiempo, que podrían haber sido mucho mejor, pero hay que reconocer que han sido simplemente entretenidos. Supongo que si he aguantado ha sido porque la comencé en una época que ver a un tío con superfuerza y velovidad me parecía genial, y la simple aparición de Kristin me nublaba todo lo demás, porque si hubiera comenzado ahora, la hubiera dejado en el 2º episodio.

Me hubiera gustado más profundidad, ver como es la relación de Lana y Clark, de sus problemas y de sus ilusiones, haber visto la decadencia de Lex, un entrenamiento físico y emocional que transformara realmente a Clark. Hay muchas opciones desperdiciadas durante estos años, pero al fin y al cabo, es una serie juvenil con dos propósitos, vender y entretener.

La finalizaré porque me trae buenos recuerdos de adolescencia y porque he comenzado el viaje y quiero llegar a puerto, pero se hace pesada la carga teniendo maravillas como Mad Men o Fringe pendientes a ver.


A FAVOR
-Acción
-Apariciones de personajes DC
-Lana, Lex, Chloe, Martha y Jonathan Kent, Lionel Luthor
-Capítulos muy buenos en ocasiones y la mayoría entretenidos. 
-Toques de ciencia ficción
-El tratamiento de Krypton
-Consigue engancharte a base de falsas promesas.
-Cuando tratan temas de Krypton.
-Los guiños a Superman
-Lana y Clark

EN CONTRA
-Clark
-No es fiel a la historia de Superman
-No vuelo
-No traje
-Pocos enemigos con carisma y a la altura.
-Tom Welling en sus primeros años.
-En ocasiones, los efectos
-Repetitiva
-Que  Clark es el único que parece no evolucionar con el tiempo

Nota: 5'5/10 (porque han habido temporadas con las que he disfrutado mucho)

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