jueves, 10 de febrero de 2011

BOTOX, EL ENEMIGO DE LOS ACTORES


La preocupación por permanecer eternamente jóvenes es común en todo ser humano,  pero si vives de tu imagen y millones de personas te ven en una pantalla grande donde se te ven todos los pequeños defectos, se termina convirtiendo en obsesión. Eso es lo que le pasó a Nicole Kidman, que con la aparición de las arrugas propias de su edad comenzó a depender del botox, convirtiéndose en una muñeca de porcelana algo tétrica y echando por la borda su carrera.


Hollywood la cambió ya antes de las inyecciones, pasó de ser una australiana pecosa con pelo rizado, a una glamurosa estrella cinematográfica siempre perfecta y sin rastro de peca alguna.  

Su separación de Tom Cruise propició su hasta entonces poco reconocida carrera y le llevó a hacer títulos como Moulin Rouge, The Hours y Cold Montain con las que acapararía premios y recaudaciones.


Su secreto era que sabía actuar a la perfección y contaba con un físico no muy típico en EEUU, resultando muy atractiva ante la cámara y sin problemas de aguantar los minutos que fueran ella sola en escena.  Pero si un inconveniente tiene el botox es que borra de la cara todo rastro de emoción, y por muy buena que fuera la Kidman, sin expresión en la cara no era nada.

Martin Scorsese comentó que el costaba encontrar actrices que transmitieran emociones en primeros planos por estar  estiradas. La tv fue el refugio de muchas actrices que veían escasear los buenos papeles en cine, y que comenzaban a verse mayores. Pero en lugar de ser un refugio, fue un trampolín que relanzó a actrices como Teri Hatcher. Me fije que en Australia, en los primeros planos era donde Nicole Kidman estaba horrible, le brillaba demasiado la piel y resultaba difícil de concentrarse en su actuación.

Teri Hatcher demostrando que no tiene botox en 
su cara a pesar de que siempre se dice que si.

Pero esto no solamente pasa en el mundo del espectáculo, sino que también lo vemos a pie de calle, hombres y mujeres renegando de sus edades, en un mundo de lo más competitivo por alcanzar la perfección.

Muchas famosas se están arrepintiendo por la falta de expresividad de sus caras al abusar de infiltraciones de la toxina, que les hace reflexionar sobre que es lo realmente importante.

He puesto el caso de Kidman porque lo ha manifestado en público, que se había infiltrado regularmente botox, y que no le gustaba el efecto, de hecho ha sido pasar del tratamiento y su carrera ha comenzado a resurgir, siendo nominada al Oscar, cuando no hace mucho estaba en los Razzies.

La toxina se aplica en el entrecejo habitualmente, y paraliza temporalmente los músculos evitando su contracción, así no aparecen arrugas y suavizando las que se tiene. Se hizo muy famoso por el hecho de no requerir cirugia, no duele y no necesita cuidados como en el caso del lifting.

El precio medio de una consulta suele ser de 400 €, siendo mucho más económico que el lifting, lo que propulsó su fama entre la sociedad y las estrellas, Hoy en día las intervenciones son bastante cuidadas gracias a láser, pero en los 80 eran bastantes más grotescas y han habido actores como Mickey Rourke, que pagaron cara su intervención deformando su cara y acabando con su carrera.


 

SIN BOTOX

CON BOTOX

Me alegro de que se esté pasando la moda del botox, echo de menos a la gran Nicole Kidman de Moulin Rouge, y al fin y al cabo, como le dijo  Lynnete a Tom en desperate housewives, cada arruga es una vivencia,  que aunque no nos gusten son parte de nosotros.

1 comentario:

  1. es cierto que los años pasan por nosotros y nos castiga envejeciendonos, pero cada etapa de nuestras vidas es bella y hay que aceptarlo. vivirla y gozarla

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