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Prometheus no tiene nada que ver con Alien en el sentido narrativo, ya que se desliga casi por completo exceptuando a los famosos extraterrestres, por lo que si las generaciones que no han conocido a la gran Ripley van a ver la nueva entrega, podrán disfrutarla de todos modos. Pero este no es el gran dilema de la película, sino el cambio significativo en cuanto a guión e historia, y es que el clásico tenía una breve historia (nave con tripulación se ve atacada por un extraño ser que va terminando con todos de uno a uno, manteniendo la tensión en el espectador), y Damon Lindelof, artífice de (para nosotros) estafa televisiva llamada Lost, ha impregnado de religión, filosofía y una mitología mucho más extensa a la historia de los seres con babas de ácido, y que ha creado un debate entre los fans de la saga.