Si algo tenía Walt Disney era la insistencia cuando algo le llamaba la atención, y si con Blancanieves se jugó todo lo que tenía (de haber fracasado no habría existido la gran productora que es actualmente), para hacer Mary Poppins estuvo 14 años intentando conseguir los derechos.
Finalmente, convenció a P.L. Travers (autora de la serie de libros infantiles de la niñera) para que cediera y le permitiera llevar a la gran pantalla al famoso personaje, encarnado por Julie Andrews, y que se convirtió en un éxito y un clásico cinematográfico.
Pero aún así, la autora no estuvo conforme con el resultado final, y se negó en rotundo a permitir secuelas y más versiones en cine y televisión de su apreciada niñera.
