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Dicho esto, vamos a entrar en detalles del porque de esta opinión. Y es que de primeras, 2 Broke Girls tenía una historia por contar, ver como Max y Caroline conseguían el dinero suficiente para crear su negocio de cupcakes, y no se limitaba a ir explicando aventuras de personajes peculiares. En este punto nos recuerda algo a My Name is Earl, donde el protagonista debía de solucionar todos sus malos actos hechos en el pasado para tener el karma a su favor. Pero lo que en una sitcom normal hubieran estirado hasta que la audiencia dijera basta, en la serie de las camareras, no han temido a la hora de pisar el acelerador, y en una sola temporada, han pasado más cosas que en toda una serie con bastantes más años en emisión.
Las hemos visto ganar y fracasar, enamorarse y desenamorarse, realizar diferentes trabajos, y ver desfilar a invitados como Marta Stewart, además de unos secundarios merecedores de spin offs.