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Esto sucede por ejemplo con Francis Ford Coppola, del que hablaremos en el momento que colguemos la crítica de Twixt 3D, su última película, y con Lars Von Trier. El director de la polémica Dogville, presentó mediante un vídeo muy cómico donde era controlado a modo de marioneta por una ayudante, y dando las gracias en español al Festival, dispone de esta permisividad, no digo que no haga buenas películas, pero si que parece saltarse las normas de lo que una buena película debería tener, y las hace para su disfrute personal, sin pensar en el espectador que verá la obra.