Dos de las series de más éxito de la televisión actual, además de haber sido nominadas a los premios más prestigiosos y de gozar de mucha popularidad, este año tienen algo más en común, que lejos de sorprender gratamente a su público como han ido haciendo hasta ahora, están decepcionando y en el caso de Glee además perdiendo mucha audiencia de un episodio a otro.
Glee cerró su segundo temporada con una media de aproximadamente 10 millones de espectadores y un 4 de ratings. Pero en el último episodio de la actual temporada, bajó a menos de 7 millones y un de un 3 de rating, el rating es lo importante, y mientras supere el 2 no hay problema porque eso quiere decir que es atrayente para los anunciantes, pero en 5 episodios ha perdido casi la mitad de lo que llegó a hacer en su mejor momento, y hablamos de su tercer año, donde lo normal es que el descenso no sea tan brusco.
Cuál es el problema de Glee? En opinión de un servidor, el empacho de éxito.
Con una primera parte de gran calidad en su primera temporada donde público y crítica aplaudían, la segunda parte donde la serie ya era un fenómeno de masas, los guionistas en lugar de seguir las tramas iban variando sin ton ni son las mismas para captar al público mediante spoilers que dieran publicidad a la serie, daba lo mismo si un personaje cambiaba en varios episodios como es el caso de Quinn, que un día era una santa y otro era diabólica, si Will después de perseguir a Emma y conseguirla cede ante la primera que conoce justo al comienzo de su relación. Todo valía para introducir actores, tramas o canciones que beneficiaran para subir audiencia y amasar dinero.
En su segunda temporada fue a más, con episodios absurdos como el dedicado a Justin Bieber, tramas inconexas e incoherentes, un final decepcionante que dejaba en evidencia que no sabían como estirar un chicle que debía durar un año más, personajes que vienen y van, que desaparecen de pronto (Sunshine Corazón, Lauren en esta tercera temporada, el marido de Emma etc...), y la trama principal que es ganar las competiciones sin apenas tocarse en toda la temporada, se perdió por completo el rumbo, dejando con mal sabor de boca a los espectadores.
Ryan Murphy no pudo más que reconocer su culpa y decir que la tercera temporada recordaría a los 13 primeros episodios que tanto gustaron, donde la serie estaba escrita con cuidado y pensando en la calidad, no en la publicidad, pero me temo que el resultado esta siendo muy decepcionante y lejos de lo que el director prometía en septiembre.
Si Glee funcionó fue porque bajo esa apariencia de inocencia, era una serie mordaz y muy irónica con el género que tocaba, las series teen. Además, en el repertorio de canciones, siempre introducidas con sentido en las tramas, mezclaban clásicos, piezas de Broadway, alguna canción de grupos no muy conocidos, temas de éxito, y lo mejor, mashups propios. Pero en los 6 capítulos que llevamos, el repertorio esta siendo muy pobre, centrándose demasiado en Broadway (que aunque somos fans de los musicales, nos hubiera gustado más diversidad), bajando mucho las ventas en Itunes, un claro síntoma de que los seguidores se están aburriendo con los número musicales, a los que no han sabido sacarles el jugo que podrían como es el caso de You Can't Stop The Beat, una canción magnífica de Hairspray que pasó muy desapercibida, cuando podría haber sido uno de los mejores números de la serie.
El otro problema son las tramas, mucho drama, poca credibilidad, y unos personajes que se están volviendo ñoños y cada vez más ilusos. Rachel era uno de los pilares del show, pero no entiendo el porqué cada vez sus problemas son más absurdos, su actitud queda lejos de aquella diva que ha lanzado a la fama a Lea Michele, y con todos los personajes sucede lo mismo, Mercedes es aburrida nada más aparecer, Brittany es la sombra de lo que fue, Sue se repite constantemente, Kurt ha dejado de tener gracia...
Esperemos que la serie remonta y vuelva a estar donde merece, en lo más alto, tiene un gran equipo detrás que nos ha hecho disfrutar mucho durante 2 años, con errores, pero con grandes momentos que hace que los olvidemos.
Es tarde para Glee? Espero que no, de momento, la promo del sexto episodio promete algo de diversión.
Con Dexter el problema no es tan grande como el de Glee, sino que cuando estamos en el ecuador de la sexta temporada, vemos como no hemos avanzado apenas, que el enemigo principal esta pasando a ser absurdo, y que los personajes y la serie parece estancada.
El problema que ha tenido siempre la serie es que al centrarse tanto en su protagonista, los secundarios han estado demasiado dispersos en lo que a trama se refiere, sin apenas avanzar y con cambios en inicios de temporadas, pero no durante ellas. En su sexto año, Dexter esta dejando de sorprender y agradar, cayendo en un bucle donde todo nos suena a lo visto anteriormente, y con la sensación de que los guionistas no saben cuando dar el paso que se necesita por pensar en la continuidad de la serie, esta podría ser la última temporada si el canal no llega a un acuerdo con Michael C. Hall (Dexter), y si así fuera sería una pena porque con el regalo que fue la cuarta temporada, se merece un último año digno y sorprendente.
Nos queda la segunda mitad para valorar si lo que estamos viendo es una introducción para un gran espectáculo, y es que sus inicios siempre se hacen de rogar, pero el tiempo esta jugando en su contra, y es hora de avanzar, porque otro año así sería un disparate (como el famoso momento de la cortina en el final de la anterior temporada, el más patético y absurdo de toda su trayectoria).
Deberían pactar un número de episodios fijos como ha pasado en Mad Men y ya pasó en Lost, porque es un chicle que no da más de si y esta a punto de romperse.
Cuál es el problema de Glee? En opinión de un servidor, el empacho de éxito.
Con una primera parte de gran calidad en su primera temporada donde público y crítica aplaudían, la segunda parte donde la serie ya era un fenómeno de masas, los guionistas en lugar de seguir las tramas iban variando sin ton ni son las mismas para captar al público mediante spoilers que dieran publicidad a la serie, daba lo mismo si un personaje cambiaba en varios episodios como es el caso de Quinn, que un día era una santa y otro era diabólica, si Will después de perseguir a Emma y conseguirla cede ante la primera que conoce justo al comienzo de su relación. Todo valía para introducir actores, tramas o canciones que beneficiaran para subir audiencia y amasar dinero.
En su segunda temporada fue a más, con episodios absurdos como el dedicado a Justin Bieber, tramas inconexas e incoherentes, un final decepcionante que dejaba en evidencia que no sabían como estirar un chicle que debía durar un año más, personajes que vienen y van, que desaparecen de pronto (Sunshine Corazón, Lauren en esta tercera temporada, el marido de Emma etc...), y la trama principal que es ganar las competiciones sin apenas tocarse en toda la temporada, se perdió por completo el rumbo, dejando con mal sabor de boca a los espectadores.
Ryan Murphy no pudo más que reconocer su culpa y decir que la tercera temporada recordaría a los 13 primeros episodios que tanto gustaron, donde la serie estaba escrita con cuidado y pensando en la calidad, no en la publicidad, pero me temo que el resultado esta siendo muy decepcionante y lejos de lo que el director prometía en septiembre.
Si Glee funcionó fue porque bajo esa apariencia de inocencia, era una serie mordaz y muy irónica con el género que tocaba, las series teen. Además, en el repertorio de canciones, siempre introducidas con sentido en las tramas, mezclaban clásicos, piezas de Broadway, alguna canción de grupos no muy conocidos, temas de éxito, y lo mejor, mashups propios. Pero en los 6 capítulos que llevamos, el repertorio esta siendo muy pobre, centrándose demasiado en Broadway (que aunque somos fans de los musicales, nos hubiera gustado más diversidad), bajando mucho las ventas en Itunes, un claro síntoma de que los seguidores se están aburriendo con los número musicales, a los que no han sabido sacarles el jugo que podrían como es el caso de You Can't Stop The Beat, una canción magnífica de Hairspray que pasó muy desapercibida, cuando podría haber sido uno de los mejores números de la serie.
El otro problema son las tramas, mucho drama, poca credibilidad, y unos personajes que se están volviendo ñoños y cada vez más ilusos. Rachel era uno de los pilares del show, pero no entiendo el porqué cada vez sus problemas son más absurdos, su actitud queda lejos de aquella diva que ha lanzado a la fama a Lea Michele, y con todos los personajes sucede lo mismo, Mercedes es aburrida nada más aparecer, Brittany es la sombra de lo que fue, Sue se repite constantemente, Kurt ha dejado de tener gracia...
Esperemos que la serie remonta y vuelva a estar donde merece, en lo más alto, tiene un gran equipo detrás que nos ha hecho disfrutar mucho durante 2 años, con errores, pero con grandes momentos que hace que los olvidemos.
Es tarde para Glee? Espero que no, de momento, la promo del sexto episodio promete algo de diversión.
Con Dexter el problema no es tan grande como el de Glee, sino que cuando estamos en el ecuador de la sexta temporada, vemos como no hemos avanzado apenas, que el enemigo principal esta pasando a ser absurdo, y que los personajes y la serie parece estancada.
El problema que ha tenido siempre la serie es que al centrarse tanto en su protagonista, los secundarios han estado demasiado dispersos en lo que a trama se refiere, sin apenas avanzar y con cambios en inicios de temporadas, pero no durante ellas. En su sexto año, Dexter esta dejando de sorprender y agradar, cayendo en un bucle donde todo nos suena a lo visto anteriormente, y con la sensación de que los guionistas no saben cuando dar el paso que se necesita por pensar en la continuidad de la serie, esta podría ser la última temporada si el canal no llega a un acuerdo con Michael C. Hall (Dexter), y si así fuera sería una pena porque con el regalo que fue la cuarta temporada, se merece un último año digno y sorprendente.
Nos queda la segunda mitad para valorar si lo que estamos viendo es una introducción para un gran espectáculo, y es que sus inicios siempre se hacen de rogar, pero el tiempo esta jugando en su contra, y es hora de avanzar, porque otro año así sería un disparate (como el famoso momento de la cortina en el final de la anterior temporada, el más patético y absurdo de toda su trayectoria).
Deberían pactar un número de episodios fijos como ha pasado en Mad Men y ya pasó en Lost, porque es un chicle que no da más de si y esta a punto de romperse.
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