CRÍTICA AMANECER PARTE 1

Con retraso por el cual me disculpo, y es que estamos muy atareados por motivos laborables y personales, llega la crítica de la penúltima entrega de la famosa saga de vampiros y licántropos, saga que no he leído, por lo que no compararé película y libro, y que su camino ha sido un completo desastre en lo que a calidad se refiere.

La saga Twilight ha tenido el mérito de rellenar cuatro películas sin apenas trama, con personajes huecos, y los que no lo son, son menospreciados por la dirección y el guión.

Con una amenaza constante por parte del clan de licántropos y los Volturi que se oponen a dejarles ser felices, es una sombra muy difusa, y digo difusa porque siempre se recurre a ello en los últimos minutos de la película, quedando todo resuelto en el menor tiempo posible, pero bueno, comencemos por el principio.

Edward y Bella se casan finalmente, y en medio de su luna de miel, la protagonista se queda embarazada, algo inusual y que podría acabar con su vida, ya que el feto presenta una amenaza para su salud. Ya esta, en esta corta sinopsis se explica toda la película.

La primera hora es la que deja en evidencia que al contrario de lo que pasaba en Harry Potter 7, el mago tenía mucho que contar y necesitaba su tiempo, pero en esta ocasión no hay material interesante con el que llenar 4 horas, por lo que pasamos de una boda insípida, con secundarios que se añaden y que apenas presentan (seguro que los lectores saben muy bien quienes son, al espectador sin referencias en cambio, no se le termina de explicar la procedencia y la importancia de los susodichos, algo que es bastante indignante, porque después no reparan en gastar tiempo con escenas que solamente hacen avanzar la duración sin aportar nada interesante).

Después de esa supuesta gran boda (donde el departamento de peluquería estaba de vacaciones por lo visto), nos pasan a una luna de miel idílica en Brasil. Es aquí donde el guionista se ha lucido con una sucesión de pastelosas escenas de pareja, que si al menos tuviéramos en pantalla a dos actores con carisma podrían haberse salvado. Pero con Kirsten Stewart y Robert Pattinson, que son sinónimos de sobriedad y limitados, la película solamente va cuesta abajo y sin frenos, haciendo insufrible la primera parte de a antesala al punto final.

Una vez llega el momento esperado de la gestación, y la historia coge fuerza y ritmo, volvemos al patrón que se ha ido sucediendo en los anteriores filmes, la tensión entre el triángulo amoroso de los protagonistas, con sus familias de por medio enfrentadas, pero siempre sin llegar a nada. Aunque en esta ocasión, tras una pésima escena de acción, llegamos al clímax final con el parto y la situación de Bella, que son sin duda, el mejor momento que ha dado la saga Twilight desde que se estrenó la primera parte.

La dirección de Bill Condon es algo torpe, con escenas de acción donde no se entiende que esta sucediendo, con momentos como la boda que son un caramelo para saborear y disfrutar, y que no solamente no aprovecha, sino que la hace sin apenas emoción (aunque todos los fans estén emocionados), resultando frío un momento tan esperado y especial. Y me extraña mucho que haya sucedido porque en Dreamgirls por ejemplo, supo exprimir  a una novata Jennifer Hudson, que sin haber actuado en su vida llegó a alcanzar un Oscar merecidísimo, consiguiendo grandes momentos y haciendo gala de una buena mano en la dirección.

Los actores son el otro enemigo, ninguno de los tres consiguen favorecer la producción, Kirsten Stewart, que llevada por Fincher supo actuar, no cambia de expresión en ningún momento, no muestra una Bella apasionada o aferrada a salvar la vida de su bebé, sino que es como sino sintiera ni padeciera nada de lo que le esta pasando, vuelvo a decir que desconozco como se desarrolla el personaje en el libro, pero en el largometraje no ha evolucionado nada, y aunque sea culpa también del guión, la actriz no se ha preocupado lo más mínimos en hacer avanzar el personaje película tras película, todo lo contrario de lo que sucedía con Emma Watson, que aun valorándola en las últimas, la actriz si conseguía hacer avanzar a una fantástica Hermione.

Pero si lo peor es la protagonista, al menos sus acompañantes pueden camuflar su falta de profesionalidad, pero Robert Pattinson y Taylor Lautner son muy limitados, y no valen para llevar sobre sí mismos la acción de la película, porque quitando sus físicos que pueden atraer a un público en concreto, sus trabajos no pasan de modestos, cuando es una historia que depende 100 % de éllos.

En el plantel de secundarios poco hay que rascar, quizá una Ashley Green (que sale muy poco favorecida), que es una roba escenas en ciertos momentos con su frescura y buen hacer.

Una lástima que en la recta final no hayan optado por favorecer una saga que en lo que a calidad se refiere, pasará muy desapercibida, sin la ayuda de las novelas no hubiera llegado tan lejos, pero aquí los números mandan, y mientras productos así consigan el beneplácito del público en taquilla, seguirán desfilando por las carteleras.

Por suerte, solamente queda una más, veremos si dejan escapar la gallina de los huevos de oro, ya que la autora continúa haciendo uso de su micro universo con otros personajes, y sobretodo, si nos sorprenden guardándose un último as en la manga, dejándonos un sorprendente y agradable final.

NOTA: 4/10