viernes, 13 de enero de 2012

CRÍTICA SHERLOCK HOLMES 2: A GAME OF SHADOWS

Guy Ritchie dejó de tener el título de marido de Madonna, para por fin ser el artífice de un título taquillero (sus otras obras aunque fueran reconocidas, no eran muy taquilleras), desmontando la imagen clásica del detective Sherlock Holmes con la cara del resurgido Robert Downey Jr, y con el inglés Jude Law como acompañante.

La primera película fue una grata sorpresa, buena técnicamente, con actores que derrochaban química, y una historia que enganchaba y daba grandes momentos. Todo ese conjunto consiguió que funcionara económicamente y la secuela estuviera más que segura.


Si algo le sobraba era el desborde de efectos especiales y puñetazos que había en este nuevo Holmes, un personaje que siempre ha sido más de ingenio y palabra que de puñetazo, pero aún así convencía porque seguía siendo reconocible. Pero como ya se sabe que en las secuelas de sagas taquilleras, todo va a más, Guy ha decidido potenciar los puntos negativos de la primera, acentuándolos todavía más, creando un completo desastre.


Sin entender porque, Rachel McAdams ve recortado su personaje que tan bien funcionaba con el dúo protagonista, y en su lugar (porque una chica ha de haber si o si), ponen a Naomi Rapace, en su primer estreno americano tras protagonizar la versión sueca de la trilogía Millenium, que tiene ante sí misma un personaje muy mal escrito, sin sustancia alguna y que no cubre el hueco que deja el de McAdams, que encajaba perfectamente, y estaba mejor tratado e interpretado.

No digo que Rapace sea mala actriz, pero es que tampoco tiene mucha oportunidad de demostrarlo porque apenas tiene diálogos, y se dedica a seguir arriba y abajo al detective.

Sherlock y Watson corren una suerte diferente, mientras que el protagonista empeora, el ayudante mejora, y parece ser el personaje principal en esta ocasión. Suerte que ambos actores son más que competentes, pero el personaje de Downwy Jr esta muy desdibujado en esta secuela, robándole todo su ingenio y su tono irónico, dejándolo en un bufón que regala escenas de acción gratuitas e innecesarias,  Pequeños momentos se salvan y nos recuerdan que hace un par de años, ese mismo personaje estaba muy bien tratado y nos encandilaba, pero la acción se ha apoderado, y ver a un Holmes que parece tener poderes (como el sentido arácnido de Spiderman, si la veis entenderéis a que me refiero), y recurre a la vía rápida para todo y de forma bruta.

Watson es el típico secundario que sufre los errores del protagonista, así se resume la aventura del mítico ayudante, que no deja de ver como Holmes pone patas arriba su vida, y de solucionar problemas creados por el detective. Este no es el Doctor John Watson que vimos en la primera, ni el que querríamos, pero al menos no ha sufrido la evolución errónea que ha tenido Sherlock.

La historia es caótica, tanto es así que nos cuesta conectar porque no termina de entenderse que esta sucediendo, que quieren contar, y cual es la amenaza a la que se enfrentan. Bien avanzada la película (que encima dura bastante más de lo necesario), es cuando comenzamos a ver todo claramente, y ver que no hay que ser muy ingenioso para haberla escrito, por su simpleza, cosa que hace más extraña que la hayan narrado de tan mala forma.
Y el mayor error del film, que cuando tenemos al enemigo principal de Sherlock Holmes, el profesor James Moriarty, el gran némesis del detective, que disfruta poniéndole dificultades en su camino, y que conoce todo sobre él  y se adelanta a sus movimientos. Para mayor frstración, Guy Ritchie tenía un buen actor, Jared Harris (Mad Men, Fringe), pero solamente nos convence en la última escena, muy tarde teniendo en cuenta todo lo que tenemos que aguantar hasta entonces.

Una pena que los guionistas hayan ido a lo que preven hará más comercial la película, y no se preocuparan de aprovechar el gran material que tenían entre manos, ya que hay momentos muy buenos que se dan al comienzo y en el desenlace del film. 

Y un director que abusa del Time Bullet (acción relentizada a lo Matrix), escenas de acción algo confusas, y momentos dramáticos que no terminan de tener la carga emotiva y tensa que podrían haberse conseguido.

Una tercera no sería muy interesante a priori porque además, la historia no se queda en muy buen lugar para dar paso a una continuación, pero si nos gustó la primera, algo de esperanza hay en que haya sido un tropiezo.


NOTA:4/10

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