El pasado verano os hablamos de lo mucho que nos gustó el piloto de Go On, nueva comedia de la Nbc, protagonizada por Mathew Perry (Chandler en Friends). El piloto nos pareció simpatico, dejándonos una sonrisa dibujada, a pesar de tratar sobre la pérdida de un ser querido, haciéndose entrañable por el positivismo que desprendía, y mostrarnos como afrontar duros momentos con humor.
En este grupo es donde se encuentra el encanto de la serie, y es que los secundarios que arropan a Ryan son el gran acierto. Los guionistas comenzaron dando demasiado peso a King, pero se fueron dando cuenta de que Go On ganaba más siendo una serie coral, por lo que a mitad de temporada, vamos viendo como son los pacientes de la psicóloga Lauren Schneider, se nos dan a conocer ganando más tiempo en pantalla, eclipsan al protagonista, y sobretodo, nos conquistan por completo.
En el momento en que sus creadores se dan cuenta de que Mathew Perry no es un gran actor, y que aunque todos recordamos con aprecio a Chandler, era la combinación del cast de Friends la que hacía que todo funcionara a la perfección, es cuando vemos una renovación que otorga personalidad a la serie, y la hace recomendable. En Go On, hay cierto bajón cuando todo trata sobre Ryan, y se tarda unos episodios hasta que Perry pierda protagonismo, y sea uno más, pasando a funcionar como vínculo de los demás personajes que irán desfilando, y la serie encuentra el rumbo acertado.
En los secundarios, cada uno ha sido muy bien definido, y llevando a la serie a ser más grande de lo que parecía en un principio.
Lo mejor es que tocan varios sectores y tipos de humor, teniendo a Fausta, una mexicana con problemas con el inglés, Yolanda, la asiática obsesiva que no termina de darse cuenta del rechazo que produce en los demás, Sonia, una recién separada que convive con multitud de gatos. Historias de amor, excentricidades, referencias a cultura popular, drama bien llevado en cada paciente, y sobretodo, unos guiones que evitan caer dos veces en la misma piedra.
Pero por encima de todo, hay dos personajes que brillan por encima de todos, Steven y Anne, de los que no comentaremos el motivo de que nos gusten tanto, para que os llevéis las sorpresas a medida que los vais conociendo.
Aún tratándose de comedia, y tener personajes exagerados y variopintos, el drama no se diluye del todo, y nos cuentan como llevar esos duros momentos de comenzar de nuevo. Con algo de psicoanálisis, hay momentos realmente buenos cuando vemos los retos diarios que suponen este tipo de situaciones, y la importancia de sentirse arropado. Conmovedoras suelen ser las conversaciones de Ryan y Anne. Los guiones no caen en clichés, y saben parar en esos momentos que pueden ir a lo cursi y típico, sabiendo encontrar el punto exacto para hacernos pensar y sentir.
No sabemos si habrá segunda temporada, pero ya con la primera, donde han contado con invitados estelares como Courtney Cox (Monica en Friends), y han dado momentos únicos como las referencias a Mary Poppins y The Brady Bunch, nos han ganado y hecho disfrutar. Esperamos que sea renovada, porque quedan muchas cosas en el tintero como cierta historia de amor.
No siempre os reiréis, debido a que tarda en encontrar su estilo, y tiene ciertos altibajos, pero os aseguramos que una sonrisa estará dibujada permanentemente en vuestra cara tras cada episodio.
NOTA: 8/10
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