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La historia trata de una futura Tierra que vivió una dura batalla contra unos seres extraterrestres, que ganaron gracias a la heroicidad y sacrificio de un piloto aéreo, pero que se llevó millones de vidas. Desde entonces, y conscientes de que en cualquier momento pueden vivir un nuevo ataque, se entrena a los niños más destacados para el futuro combate.
Ender asombra por su inteligencia a la hora de tramar estrategias, por lo que es captado para la escuela de batalla, con la misión de aprender a dirigir su propio batallón.
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El principal fallo de la película es poner el acelerador demasiado pronto, fastidiando la presentación que merecen personajes importantes como Valentin (Abigail Breslin, si, la niña de Little Miss Sunshine), hermana de Ender, la persona a la que más unido esta, y muy importante la historia. Además del hermano violento y frustrado por los logros de Ender, y unos padres víctimas de la incapacidad que tiene ante el absoluto control del gobierno sobre éllos. La decisión de Ender de ir a la escuela de Batalla supone la separación durante años, pero en la película no duda un solo segundo en marcharse.
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En cuanto al apartado técnico, el buen hacer de los actores sacan adelante un guión algo frío y restante de emoción, siendo las actrices las que más destacables, sobretodo Abigail.
Asa Butterfield (el que fuera Hugo en la película de Scorsese), lleva con soltura el absoluto protagonismo, siendo las partes dramáticas su fuerte, aunque algo carente de carisma y flaqueando en los momentos de acción.
Harrison Ford pone el piloto automático en un personaje plano y sin personalidad, eclipsado por todos los que lo acompañan en pantalla, con cara de circunstancia dejando claro que lo que le interesaba era el cheque al final del rodaje. Y Ben Kingsley se luce con una sobreactuación poco propia de un nominado al Oscar.
La dirección no pasa de correcta, y es que tras horrorizarnos en la primera película de Lobezno, Garvin Hood desaprovecha una aventura espacial con muchas posibilidades para lucirse. No destaca en nada en especial, pero cumple y sorprende en contadas ocasiones. Los juegos con ingravidez son lo más destacable, tanto por sus efectos como por la dirección Lo mismo que el apartado artístico, de estilo minimalista sin nada de originalidad, pareciendo calcos de sagas de ciencia ficción actuales como Star Trek.
Por suerte hay personajes que logran interesarnos, y ciertos giros en el guión que consiguen favorecer el conjunto. dando una aventura de ciencia ficción sencilla pero destacable, y que de hacer secuelas, puede dar para mucho más.
NOTA: 6'5/10
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