Al llegar la adaptación de Los Vengadores, Thor era como la sombra de Iron Man y Capitán América. Su primera película no pasó de correcta para crítica y público, y no hizo los números de los otros dos superhéroes de Marvel. Pero Whedon supo sacar provecho del personaje, y sobretodo de Loki (Tom Hiddleston), dando al hermano del dios del trueno gran protagonismo como enemigo principal de la esperada reunión.
Con el camino allanado, y los errores de Kenneth Brannagh (con pequeñas aportaciones de Whedon) pulidos, la secuela tenía todos los puntos para ser muy superior a su antecesora.
El gran problema que hubo en la primera parte era que Brannagh parecía mostrar una versión Shakespeariana del cómic, con armaduras brillantes, cabellos impecables, y enredos familiares propios del famosos escritor. Pero se olvidó de que entre manos tenía bárbaros hechos para la guerra, y de que Thor no repararía en como se le queda el pelo tras una batalla. Por suerte, Alan Taylor cogió el testigo tras dirigir episodios de Game of Thrones, un estilo similar al que deberían haber recurrido desde el principio, y dando en el clavo con lo que se necesitaba en la saga.
La película se desarrolla 2 años después de los acontecimientos que vimos en Avengers (Los Vengadores), con Thor intentando poner orden en diferentes mundos, Loki preso en Asgard por sus actos en Nueva York y sus traiciones, y Jane Foster en la Tierra lidiando el desconcierto de porque no sabe nada de Thor.
En esta ocasión, la amenaza es Malekith, señor de los elfos oscuros, que busca venganza y recuperar el éter que le robaron y escondieron los asgarianos. Además de Malekith, los siete mundos vivirán la alineación de todos los mundos, lo que hace que la amenaza del elfo no se limite solamente en Asgard.
En realidad, Malekith y su historia son los menos interesante de la película, porque el malvado de turno no se termina de desarrollar, y sirve de mera excusa para la parte bélica (que es bastante) de la película, y el desencadenamiento de los acontecimientos. Es el gran fallo del guión y de Taylor, ir directos a la acción sin presentar a los nuevos. Pero con los ya conocidos si que han sabido trabajar.
El rey de la función sigue siendo Loki, comiéndose a cualquiera que comparta escena con él (impagable su momento con Natalie Portman). y con los secundarios que tiene momentos de lucimientos, algo que huele mucho al toque Whedon, con cameos sorpresas que sospechamos fue lo que rodaron cuando le hicieron trasladarse a Londres para ayudar en escenas que no sabían como mejorar. No fallan las partes cómicas muy propias de Marvel, que se dan en los terrícolas Kat Dennings (nuestra gran Max de 2 Broke Girls), y Stellan Skarsgard (el científico Eric Selvig que tenía un papel importante en Avengers). En cuanto a los asgarianos, el equipo de Thor se luce en sus pocas apariciones, hablándose ya de posibles spin-offs (se habla de película de la guerrera Sif).
Es apreciable el afán de dar relevancia a la mujeres de la película, siendo todas de armas tomar, incluso con Jane siendo parte relevante en la historia y la acción.
Pero aunque haya un buen trabajo de guión y personajes (excepto Malerick), en la secuela se impone el estilo Marvel que conlleva altibajos, con partes dramáticas impecables, pero que opta por el entretenimiento como el valor primordial, forzando en ocasiones las partes cómicas y de acción, pero bien resueltas, restando a intentar ofrecer una buena historia. Las partes dramáticas, se engrandecen por el magnífico departamento de arte, que se han basado en los prerafaelitas, en especial en el cuadro Ophelia de John Everett Millais, y una fotografía impresionante en los momentos fuera de la Tierra, con un Asgard más espectacular que el que vimos anteriormente. Había estado bien dejar parte del toque Shakespeare que introdujo Brannagh para los dioses.
El entretenimiento esta más que conseguido, con la batalla final original y memorable, giros argumentales y sorpresas marcas de la casa.
En Definitiva, la secuela de Thor es mucho mejor que su predecesora, con sus pequeños fallos pero magnificando al personaje y su mundo.
No os vayáis hasta que termine todos los créditos, ya que tenéis 2 escenas sopresa, siendo la última justo al finalizar.
NOTA: 7'5/10
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