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Aunque en un principio parecía que The Butler (El Mayordomo) era la más firme candidata a los premios cinematográficos, y que también trata de la situación de la comunidad negra americana (aunque en años posteriores), ha resultado eclipsada por la que nos ocupa. Y es que el mayor atractivo del film que ha cautivado a crítica y público es la impresionante labor de actores y director, algo que ya deslumbró en el anterior trabajo de Steve McQueen, Shame, donde un adicto al sexo encumbró a Michael Fassbender, pero después de verla, vamos a hablar de sus más y sus menos (que los hay).
McQueen no se corta a la hora de plasmar temas que pueden herir la sensibilidad de cierto tipo de espectadores, y lleva al límite a sus actores, con secuencias estáticas de larga duración que ponen a prueba la resistencia del intérprete, como esa en el árbol que sufre el protagonista Chiwetel Ejiofor. Ya sea sexo o violencia, nada para al director, resultando a veces algo morboso, pero siempre con dejando constancia de su magnífico estilo.
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De ser justos, nominaríamos a Michael Fassbender (este hombre nos tiene alucinados por sus cambios de registro, que siempre clava), Chiwetel Ejiofor (esos largos primeros planos que pocos pueden aguantar), y sobretodo Lupita. Mención especial para Paul Dano, al que vimos en Little Miss Sunshine, que a pesar de contar con un papel muy breve, su lucimiento es innegable.
Pero dejando de lado a los actores, comienzan los peros.
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Un guión, que aún teniendo momentos muy lucidos, no termina de ser lo que director y actores merecen, y es que no entendemos la elección de John Ridley, que escribió comedias absurdas, y su mayor logro es Three Kings. Decidido a plasmar las constantes vejaciones, hay personajes algo planos, y una narración algo entorpecida.
Y aún considerándose inferior, en The Butler si que tenían en cuenta el paso de los años, favoreciendo la narración, pero en esta ocasión, hay torpezas de maquillaje que hacen que hayan personajes que no envejecen ni se deterioran más allá de las cicatrices (como por ejemplo, al final del film, nos costó saber quien era hija y quien era madre), siendo difícil de entender que McQueen los pasara por alto.
En definitiva, ese Golden Globe a mejor película lo hubiéramos dado a Gravity, algo que no quiere decir que no nos haya entusiasmado 12 Years a Slave, pero los fallos técnicos no ayudan a que podamos verla como la mejor del año, por muy buena dirección y actuaciones que tenga.
NOTA: 8'5/10
Oscars que le daríamos
Mejor Actor
Mejor Actriz de Reparto
Mejor Actor de Reparto
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