Grata sorpresa la que nos llevamos ayer al ver Stoker en el cine, y digo sorpresa porque algunas críticas no dejaban en buen lugar el guión escrito por Wentworth Miller (el que fuera protagonista de Prison Break), pero alababan la dirección de Chan-wook Park, y las actuaciones del trío protagonista.
Cierto es que el guión es la única pieza del puzzle que podría tener sus peros, no es que sea malo, pero lo demás es tan redondo, que hay ocasiones que se queda a medio gas. Pero por suerte, el director coreano famoso por OldBoy, hace un trabajo tan magnífico, que camufla los fallos de la escritura de Miller. Y es que la sensibilidad y el buen gusto del director da brillo a cada fotograma, con unas transiciones impresionantes, bellas y muy originales (atención al del cabello de Nicole Kidman), una puesta en escena sobria pero impactante, y una dirección de actores como pocas veces se ven.
Nicole Kidman ha tenido por fin el acierto de dar en el clavo con este papel, porque a pesar de que Evelyn Stoker no es la protagonista, cada escena es un caramelo que la Kidman saborea y disfruta todo lo posible, dejando claro que sus malas decisiones de estos últimos años parecen quedarse en cosa del pasado. También es de agradecer comprobar que el exceso de bótox se le va yendo de su cara, y poco a poco vuelve a parecer humana y tener expresión.
Mathew Goode (Watchmen, Match Point, A Single Man) el más desconocido de los tres, pero que consigue no quedar deslumbrado por sus compañeras de reparto, y debería estar agradecido por un personaje con una dualidad muy marcada, que aporta la tensión a la película, siendo imposible apartar la vista de él. Lástima que por el guión no llegue a tener más lucimiento, porque actor y personaje lo merecen.
Y llegamos a una grande, Mia Wasikowska (la Alícia de Tim Burton), protagonista absoluta y acaparadora de toda la atención gracias a una interpretación digna de nominaciones a premios importantes. No es un papel nada sencillo, debido a la personalidad tan reservada de India Stoker, un personaje que va creciendo durante la película, hasta resultar grande e iconica. Pero no solo el personaje esta bien construido, sino que la dirección la favorece y acompaña perfectamente, haciéndose cómplice del trabajo de Chan-wook, y no viniéndose abajo ni cuando comparte escena con Kidman i Goode.
La historia nos cuenta como la família Stoker vive la pérdida del patriarca, dejando solas a Evelyn e India, madre e hija respectivamente, y que nunca han terminado de mantener una buena relación. La llegada del hermano del difunto, Charles Stoker (Mathew Goode), un hombre de extraño comportamiento, para quedarse en la casa un tiempo, supone un revés tanto en la vida de la família, debido a que a patir de entonces comienzan a desaparecer personas próximas a la casa.
Entre los pocos secundarios que desfilan en la película, destacar a las grandes Phyllis Somerville (la gran Marlene de The Big C), y Jacki Weaver (nominada a los Oscars por Animal Kingdom y Silver Lining Playbook) la cual tiene una muy buena escena con solamente su presencia.
El ritmo es algo pausado en el inicio, aunque la exquisita dirección hace más disfrutable si cabe y no se se hace nada pesada, pero a medida que se va descubriendo la historia, y la tensión llega al clímax, la recta final es sorprendente, y adictiva. Es una historia íntima y visceral, con unos cambios acentuados, pero llevados de forma muy sutil.
En definitiva, uno de los mejores estrenos en lo que va de año, de las mejores direcciones, e interpretaciones. Debería estar presenta en las nominaciones del próximo año.
NOTA: 8'5/10
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