Este ha sido sin duda el año que más hemos vivido el Festival de Sitges, y es que además de presentar Omega de Fran Granada (bunsopaco), hemos podido ver y hablar a muchos rostros conocidos del cine.
El primer día comenzamos con Elijah Wood, Eugenio Mira y Rodrigo Cortés, protagonista, director y productor de Grand Piano respectivamente. De Wood poco hay que decir para que se sepa quien es, siendo uno de los rostros más conocidos del cine norteamericano desde pequeño con películas como The Good Son (El Buen Hijo), y sobretodo por encarnar a Frodo en la trilogía de The Lord Of The Rings (y próximamente en la segunda parte de The Hobbit).
Eugenio Mira es además de director, compositor (trabajó como tal en Los Cronocrímenes) y actor, y ya estuvo presente en dicho festival con Agnosia, por la que aunque la película no destacó, si que lo hizo su trabajo. Y es que Eugenio es digno sucesor de Brian de Palma y Hitchcock, siguiendo el estilo de ambos directores y fundiéndolos en un cine de corte actual, que bebe del clásico. Grand Piano es un thriller efectivo, que va directo en cuanto a su historia, llenando los 90 minutos sin nada más de lo necesario para el desarrollo de la historia.
En la película se cuenta como es el retorno de Tom Selznick, el pianista con más talento de su generación, pero que sufre miedo escénico. Con un teatro con todas las entradas vendidas, todo se tuerce cuando Tom, ya sentado junto al piano, lee una amenaza que le impide fallar una sola nota, de hacerlo, tanto él como su esposa morirán. Tom no podrá abandonar el escenario, y deberá hacer frente a su asaltador sin dejar de tocar la más difícil de las partituras. Como espectador, engancha ver el desarrollo del personaje durante el metraje afrontando la situación sin separar los dedos de las teclas, con una obra que nunca ha conseguido tocar correctamente, y con vidas en juego.
Con una premisa tan interesante, la música clásica no solo sirve de mera excusa para desarrollar la historia, sino que se utiliza magistralmente tanto en el guión como en la banda sonora para incrementar la tensión que va in crescendo, siendo el piano un personaje más del conjunto. Tanto la banda sonora como el escenario de teatro clásico, dan el toque hitchckoniano al filme, que con la elegante y original dirección de Mira, tenemos la impresión de que los directores de antaño tienen dignos sucesores. Pero Mira quiere dejar claro que no estamos en una película de los 50 o 60 aplicando elementos tan actuales como tablets y smartphones (todo de BlackBerry en un descarada promoción de primeros planos del logo), y dándoles importancia en la trama.
Wood aguanta bien él solo la película junto a la voz en off del amenazador tirador que apunta hacía él oculto en el teatro (el cual se descubre al final, pero la promoción lo destripa), y se va relajando con pequeños gags humorísticos de secundarios que agilizan y favorecen el conjunto. El problema que hay en el guión es que va demasiado directo y acelerado, que si bien hace que los 90 minutos pasen en un suspiro, dan un precipitado final, y no dejan reposar y aprovechar un thriller con muchas posibilidades.
Los secundarios engrandecen la película gracias a una hipnotizante Kerry Bishé (Argo, Red State) como la amenazada esposa (y que hipnotiza cada vez que aparece), Don McManus (Magnolia) como el director de orquesta que interactúa con el público, y Tamsin Egerton, que se encarga de la pequeña parte cómica del filme.
Nada se le puede reprochar a la película, más que apretar el acelerador en lugar de disfrutar de las vistas durante el viaje.
El 25 de octubre se estrena en España, y os recomendamos que optéis por un thriller poco convencional hoy en día.
NOTA: 7'5/10
Jc López (@JC_Losez) con Elijah Wood
Junto a Eugenio Mira (director)
Sonia Sánchez (@SoniaSanRam), Fran Granada (@bunsopaco) y Jc López con
Ricardo Cortés (productor de la película, y director de Buried)
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